El fabricante francés de trenes Alstom dijo el miércoles que pediría a los accionistas alrededor de 1.000 millones de euros (1.000 millones de dólares) a través de una emisión de derechos como parte de un plan para recortar la deuda y reconducir sus finanzas.

Alstom había señalado una posible ampliación de capital a finales del año pasado, lo que hizo que sus acciones se hundieran después de que una advertencia sobre el flujo de caja en octubre dejara claro a los inversores que estaba luchando con la deuda.

Alstom es el segundo mayor fabricante de trenes del mundo después de la empresa estatal china CRRC y tiene en su cartera de pedidos contratos de Gran Bretaña para su ferrocarril de alta velocidad HS2 y para la mayor licitación de trenes de la historia ferroviaria danesa.

Sus problemas de liquidez se deben en parte a que heredó contratos problemáticos tras la adquisición en 2021 del negocio ferroviario de Bombardier.

Otras medidas para recortar la deuda neta en 2.000 millones de euros hasta marzo de 2025 incluyen la emisión de bonos híbridos por unos 750 millones de euros, anunciada el miércoles, y la venta de partes del negocio.

En abril, acordó vender su negocio norteamericano de señalización convencional a la alemana Knorr-Bremse por unos 630 millones de euros, y también ha vendido su participación en la rusa Transmashholding (TMH).

Alstom registró una salida de caja de 557 millones de euros hasta marzo de 2024, frente a una entrada de 199 millones un año antes.

Propuso no pagar dividendos por el pasado ejercicio.