"Si los ingenieros chinos no llegan a tiempo, la producción de nuestra línea de células se verá afectada", declaró a Reuters Pankaj Sharma, cofundador y director de Log9. "No sabemos por cuánto, pero prácticamente puede desestabilizar la producción".

Log9 depende de ingenieros de China para instalar la maquinaria importada y actualizar la existente en sus instalaciones. Un retraso de unos cuatro meses en la expedición de visados obstaculizaría la velocidad a la que su fábrica alcanza los niveles máximos de producción, dijo Sharma.

A principios de este mes, un funcionario del gobierno indio dijo que algunos fabricantes que dependen de la experiencia china han solicitado una aprobación más rápida para las solicitudes de visado de sus proveedores de China.

Los comentarios se producen mientras India intenta posicionarse como un importante centro de fabricación para las empresas que se diversifican lejos de China, que está lidiando con la desaceleración del crecimiento económico.

La fábrica de Log9 en Bengaluru, su única unidad de fabricación en la actualidad, tiene una capacidad instalada anual de 250 MWh de producción de baterías.

Sus baterías alimentan la flota eléctrica de los gigantes logísticos Maersk y Blue Dart Express, y de fabricantes de vehículos eléctricos como Quantum Energy y Hala Mobility, en medio de un impulso del gobierno indio a favor de tecnologías más limpias.

Log9 ha vendido más de 1.000 unidades de baterías en lo que va de 2023 tras registrar unas ventas de 4.000 unidades el año pasado, según Sharma, que no quiso revelar las cifras de producción.

Log9, que cuenta con Amara Raja Batteries y la malasia Petronas entre sus patrocinadores, recaudó 40 millones de dólares en enero con una valoración de unos 210 millones de dólares. La empresa iniciará la siguiente ronda de financiación a finales de este año o principios del que viene, dijo Sharma.