La Comisión Europea acusó el año pasado al fabricante del iPhone de distorsionar la competencia en el mercado de la transmisión de música mediante normas restrictivas para su App Store que obligan a los desarrolladores a utilizar su propio sistema de pago dentro de la aplicación y les impiden informar a los usuarios de otras opciones de compra.

Las acusaciones adicionales expuestas en el llamado pliego de cargos suplementario suelen emitirse a las empresas cuando el organismo de defensa de la competencia de la UE ha reunido nuevas pruebas o ha modificado algunos elementos para impulsar su caso.