Los fondos europeos de crédito privado se endeudan cada vez más con los bancos para impulsar su rendimiento, lo que aviva la preocupación por los riesgos más amplios que plantea esta interconexión.

Una cifra récord del 80% de los nuevos fondos europeos de crédito privado pidieron prestado a los bancos a través de "líneas de suscripción" en 2023, una financiación que les permite prestar antes de pedir efectivo a sus inversores, según muestra un estudio de MSCI Private Capital Solutions compartido con Reuters.

Las líneas de suscripción son utilizadas por algunos fondos de crédito para mejorar la rentabilidad, según un estudio separado de MSCI. MSCI estudió fondos que se crearon recientemente porque es más probable que los fondos utilicen líneas de suscripción cuando empiezan a operar.

Los reguladores, incluido el Banco de Inglaterra (BoE), ya están sondeando los riesgos potenciales que plantea la exposición de los prestamistas a los fondos de crédito, que están poco regulados y suelen financiar a empresas que tienen dificultades para obtener préstamos directamente de los bancos o en los mercados de bonos.

El auge de los llamados bancos en la sombra también ha hecho saltar las alarmas entre algunos financieros, que apuntan a la posibilidad de nuevas burbujas de activos que podrían socavar la estabilidad financiera.

"El aumento de la participación en el ámbito del crédito privado... les acerca (a los bancos) a los riesgos inherentes del sector", afirmó Chris Naghibi, director de operaciones del First Foundation Bank.

Algunos fondos de crédito privado también están añadiendo apalancamiento a sus préstamos, maximizando los beneficios pero magnificando al mismo tiempo las pérdidas potenciales, según dijeron a Reuters más de 20 fuentes del sector y mostraron algunos archivos de fondos.

Estos movimientos se producen cuando las dificultades de las empresas en Europa han alcanzado su nivel más alto desde el inicio de la pandemia del COVID-19.

FLEXIBILIDAD

Los fondos de crédito privados europeos, aunque son una fracción del tamaño de los préstamos bancarios, cuentan ahora con 460.000 millones de dólares bajo gestión, según estimaciones de UBS. Su crecimiento coincide con una ralentización económica que se suma a la preocupación de que los préstamos privados puedan estar retrasando las decisiones de reestructuración de las empresas.

Dado que estos fondos no están obligados a publicar información detallada sobre sus préstamos o el apalancamiento bancario que despliegan, más allá de informar a sus propios inversores, es difícil para los reguladores y los inversores bancarios saber si los préstamos de los fondos de crédito se están agriando.

Un reciente estudio del Banco de Inglaterra (BoE) señalaba que los participantes en el mercado crediticio privado han informado hasta ahora de impagos mínimos frente al mercado más amplio de préstamos a prestatarios de mayor riesgo.

La agencia de calificación S&P Global prevé que los impagos de los prestatarios especulativos europeos que cubre alcancen el 3,75% en junio.

"Todo el mundo se pregunta por qué no estamos ya hasta las rodillas de reestructuraciones corporativas", afirmó Peter Marshall, codirector de reestructuraciones europeas del banco de inversión Houlihan Lokey.

Más de una docena de fuentes dijeron a Reuters que los fondos de crédito privados pudieron evitar algunos impagos con préstamos flexibles, a veces empleando complejas estructuras de refinanciación.

Deloitte calcula que casi siete de cada diez operaciones europeas de deuda privada cuentan con un único prestamista, lo que significa que éste tiene el control exclusivo sobre las condiciones ofrecidas y los tipos de interés aplicados.

Algunos fondos, según Patrick Marshall, responsable de renta fija para mercados privados de Federated Hermes, estaban alterando las condiciones de los préstamos, como el margen de maniobra de los pactos, para echar el estrés "a la larga".

"Pero lo que va a ocurrir es que las recuperaciones (de préstamos) también van a ser menores", dijo.

El director gerente de Alvarez & Marsal, Chris Johnston, dijo que algunos fondos trabajaban con los propietarios de las empresas para evitar la cristalización de una pérdida.

Las facilidades de pago en especie (PIK), en las que las empresas acumulan los pagos de intereses para pagarlos en años posteriores, se vieron en el 3,5% de 167 acuerdos de préstamos directos en seis países europeos en el último trimestre de 2023, según descubrió el proveedor de inteligencia crediticia Reorg.

Esta cifra es casi el doble del 1,9% de acuerdos que incluían PIK en el primer trimestre del año pasado, según Reorg.

Por otra parte, una quinta parte de las operaciones europeas de crédito privado en el último trimestre de 2023 fueron refinanciaciones de deuda que ampliaron las amortizaciones de los préstamos, según Deloitte, la proporción más alta desde 2020.

"Esto está contribuyendo a alejar el día en que se produzca un ajuste de cuentas con el mayor coste de la deuda", afirmó Andrew Wilkinson, socio principal de reestructuración del bufete de abogados Weil Gotshal.

Los bancos también pueden ampliar los vencimientos, pero están obligados a reflejarlo en los datos sobre los que deben informar, como las métricas sobre la calidad de los préstamos y las pérdidas crediticias estimadas, contra las que deben hacer provisiones.

CONTAGIÓN

Marshall, de Federated Hermes, dijo que los inversores estadounidenses y asiáticos también pedían a veces a los fondos europeos que añadieran apalancamiento, una práctica ya habitual en Estados Unidos.

Ares Management Corporation dijo el mes pasado que su fondo Ares Capital Europe VI había captado 11.000 millones de euros en capital y que tendría más de 16.000 millones de euros de capital invertible, incluido el apalancamiento previsto.

Aunque el acceso al apalancamiento no siempre significa que vaya a desplegarse, las fuentes dijeron que tales estructuras podrían deshacerse rápidamente en momentos de tensión en el mercado.

"Podría producirse algún tipo de evento de contagio en el que un fondo no pudiera renovar su deuda a corto plazo y se viera obligado a solicitar capital a (sus) inversores", afirmó Keith Crouch, director ejecutivo de la unidad de capital privado de MSCI.

Los fondos de deuda privada son ahora "parte del ecosistema bancario", afirmó Marshall, de Federated Hermes, y añadió que una mayor regulación "no sería mala cosa".