BERLÍN (dpa-AFX) - La posible renovación de la autorización del herbicida total glifosato en la UE ha suscitado las críticas de varios científicos. Una autorización por otros diez años sería "científicamente infundada y completamente inapropiada", dijo Rita Triebskorn, jefa de un grupo de trabajo del Instituto de Evolución y Ecología de la Universidad de Tubinga. La propuesta de la UE es inaceptable". Sin embargo, también hay declaraciones de otros investigadores.

Según la propuesta presentada el miércoles por la Comisión Europea, la autorización del glifosato del fabricante Bayer se prorrogará diez años. Actualmente, está vigente hasta el 15 de diciembre. El proyecto debe debatirse con los Estados miembros de la UE este viernes. La votación está prevista para el 13 de octubre. La venta mundial de productos que contienen glifosato es un mercado que mueve miles de millones, y las cantidades aplicadas son enormes.

Johann Zaller, de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias Aplicadas de la Vida de Viena (BOKU), también se muestra muy crítico con el documento: "Básicamente, la propuesta es una burla a la ciencia ecológica". La propuesta de la Comisión Europea revela una negación sistemática del dramático declive de la biodiversidad y de los hallazgos científicos que demuestran que el glifosato contribuye a ello. "Los efectos sobre los organismos del suelo y la salud del suelo ni siquiera se mencionan en la propuesta, aunque es evidente que los suelos de toda Europa están contaminados con glifosato".

La Comisión sí prevé restricciones y condiciones: por ejemplo, niveles máximos de impurezas toxicológicamente relevantes en el glifosato, franjas tampón sin pulverizar en el borde de los campos y una mejor protección de las plantas terrestres y acuáticas frente a la llamada deriva de la pulverización durante la aplicación. Sin embargo, estas medidas no son suficientes para liberar el ingrediente activo de forma segura en el medio ambiente ni para limitar la creciente acumulación en los seres humanos y el medio ambiente, explicó Triebskorn, ecotoxicóloga de Tubinga, junto con su colega de instituto Heinz-Rüdiger Kohler.

Kohler y Triebskorn, que es miembro del grupo de expertos en sustancias traza del Ministerio Federal de Medio Ambiente, criticaron la falta de conocimientos sobre los resultados toxicológicos y ocotoxicológicos como argumento para la autorización. Hasta ahora apenas se han investigado los efectos a largo plazo; sin embargo, la falta de estos datos no debería ser motivo para una nueva autorización, sino que, por el contrario, de acuerdo con el principio de cautela, debería llevar a prohibir el uso de la sustancia.

Christoph Schäfers, del Instituto Fraunhofer de Biología Molecular y Ecología Aplicada, tiene una opinión diferente. "Creo que la propuesta es adecuada", informó. Al limitarlo a 10 años en lugar de los 15 habituales, dijo, se deja claro que se trata de una sustancia que requiere un seguimiento especial. "Al evaluar el riesgo residual, hay que tener en cuenta que hasta la fecha no hay ninguna sustancia que tenga menos efectos secundarios indeseables con un efecto comparable".

Según Schäfers, el problema esencial del glifosato es su uso a gran escala. Si se restringe en el transcurso de la nueva normativa, ya se habrá conseguido mucho, aunque en última instancia sea mejor una producción totalmente sin herbicidas.

"El glifosato es un producto ligero en cuanto a riesgos, pero es un gran impulsor en cuanto a cantidades aplicadas", señaló Horst-Henning Steinmann, del Centro de Biodiversidad y Uso Sostenible del Suelo de la Universidad de Gotinga. Dado que el uso del glifosato ya ha estado sujeto a numerosas restricciones en los últimos años, es concebible que las cantidades de aplicación cambien poco en comparación con el pasado con el reglamento presentado. "Quizá deberíamos pensar si es viable un sistema de limitación de cantidades", dijo Steinmann. De este modo se garantizaría que el glifosato sólo se utiliza "donde tiene el mayor beneficio y donde no hay alternativa practicable".

Con su propuesta, la Comisión Europea se opone a las exigencias de Alemania. "Mientras no pueda descartarse que el glifosato perjudica a la biodiversidad, la autorización debe suprimirse progresivamente en la UE", había declarado el Ministro Federal de Agricultura, Cem Özdemir (Verdes). Un mundo vegetal y animal diverso e intacto es el requisito previo para cosechas seguras. Por su parte, la empresa de productos agroquímicos Bayer acogió con satisfacción el proyecto de reglamento.

El glifosato es un herbicida llamado total, afecta a todas las plantas verdes. El ingrediente activo bloquea una enzima que las plantas necesitan para producir aminoácidos vitales, pero que también se encuentra en hongos y microorganismos. Donde se aplica glifosato, ya no crece hierba, ni siquiera hierbas, arbustos o musgo. De este modo, las tierras cultivables pueden quedar libres de malas hierbas antes o poco después de la siembra y de nuevo después de la cosecha. Los cultivos modificados genéticamente, cuyo crecimiento no se ve afectado por el glifosato, también pueden utilizarse en campos ya sembrados.

El ingrediente activo desarrollado por la empresa estadounidense Monsanto fue aprobado por primera vez en 1974. La patente expiró en 2000, y desde entonces otros muchos fabricantes ofrecen productos con glifosato a bajo precio. Los científicos subrayan que el glifosato puede sustituirse en parte por otras sustancias activas, pero que su simple sustitución no es la solución: en general, hay que reducir considerablemente la cantidad de herbicidas y otros pesticidas utilizados. La agricultura ecológica suele estar libre de glifosato, independientemente del sector.

Según un análisis presentado en junio, las empresas habían ocultado los resultados de las pruebas a las autoridades europeas a la hora de aprobar los pesticidas. Los investigadores de la Universidad de Estocolmo escribieron en la revista "Environmental Health" acerca de los estudios sobre si las sustancias activas pueden dañar el sistema nervioso en desarrollo (DNT; Developmental Neurotoxicity). Un estudio de 2001 sobre los efectos neurotóxicos del ingrediente activo glifosato trimesio nunca se presentó a las autoridades reguladoras de la UE. Los resultados de algunos de los análisis en cuestión podrían haber influido en el proceso de aprobación. No está claro por qué no se presentaron los estudios./kll/DP/zb