El drástico aumento de estos informes se produjo tras un incidente ocurrido el 5 de enero en el que se reventó un panel de la cabina en pleno vuelo de un avión 737 MAX 9 de Alaska Airlines recién estrenado, dijo Boeing en su informe anual de seguridad.
En febrero, un grupo de expertos que revisaba los procesos de gestión de la seguridad de Boeing había detectado una "desconexión" entre la alta dirección del fabricante de aviones y los empleados implicados en su cultura de seguridad.
"Nuestras acciones se centran en realizar nuevas mejoras para garantizar la seguridad, el cumplimiento y la conformidad de nuestros productos y servicios, sin concesiones", declaró Mike Delaney, director de seguridad aeroespacial de Boeing.
El incidente del 5 de enero ha sometido a Boeing a un mayor escrutinio y ha llevado a los reguladores estadounidenses a frenar los niveles de producción de los superventas 737 MAX de la compañía hasta que empiece a solucionar los problemas de seguridad.