La empresa de servicios públicos estadounidense Duke Energy ha desconectado las baterías de almacenamiento de energía a escala industrial CATL de la base del Cuerpo de Marines de Carolina del Norte, Camp Lejeune, después de que legisladores y expertos expresaran su preocupación por los estrechos vínculos del proveedor de baterías con el gobernante Partido Comunista de China.

Varios legisladores republicanos y demócratas han dado la voz de alarma sobre las posibles amenazas a la seguridad que plantean las baterías de almacenamiento chinas, argumentando que Estados Unidos corre el riesgo de crear una dependencia crítica de su máximo rival en cuanto a los dispositivos que pueden tener vulnerabilidades cibernéticas y poner en peligro las redes de energía.

Duke Energy utilizó baterías a gran escala fabricadas por la empresa china CATL en sus instalaciones arrendadas en Camp Lejeune, según un comunicado de prensa de abril. Eso provocó las críticas de un grupo de más de dos docenas de legisladores republicanos encabezados por el senador Marco Rubio, que la semana pasada escribió al secretario de Defensa, Lloyd Austin, pidiéndole que "revirtiera inmediatamente" la instalación de las baterías.

Desde entonces, Duke Energy se ha reunido con legisladores, entre ellos el representante de Carolina del Norte Greg Murphy, para tratar el asunto.

"Se han planteado algunas preocupaciones sobre este proyecto y, como resultado, Duke Energy desconectó estas baterías mientras trabajamos para abordar estas cuestiones", dijo la compañía a Reuters en un comunicado.

Pero añadió que el sistema se diseñó teniendo "la seguridad en mente" y que las baterías "no estaban conectadas de ninguna manera a la red cibernética de Camp Lejeune ni a otros sistemas".

La empresa no precisó cuánto tiempo permanecerían desconectadas las baterías.

El despliegue de este tipo de sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS, por sus siglas en inglés) a escala de servicios públicos está aumentando rápidamente en Estados Unidos a medida que las fuentes de energía renovable entran en funcionamiento. Gran parte de esa capacidad procederá probablemente de proveedores chinos, que son líderes en esta tecnología y pueden beneficiarse de los créditos fiscales estadounidenses para energías renovables.

Pero estos sistemas requieren un funcionamiento remoto frecuente y los equipos de telecomunicaciones conectados a las baterías podrían ser vulnerables a los intentos de piratería informática, dicen los expertos.

Los senadores demócratas Mark Warner y Joe Manchin instaron en noviembre al Departamento de Energía a dar prioridad a las tecnologías de almacenamiento de energía desarrolladas en Estados Unidos frente al "casi monopolio" de China en la producción de baterías, que según ellos plantea "vulnerabilidades sustanciales en materia de defensa y seguridad económica."