La crisis ucraniana está haciendo subir el precio de los metales utilizados en los coches, desde el aluminio de la carrocería hasta el paladio de los catalizadores y el níquel de alta calidad de las baterías de los vehículos eléctricos, lo que aumenta la presión sobre la industria, que ya se enfrenta a unos costes energéticos más elevados.

"Vigilamos constantemente los precios de las materias primas y de la energía y ya estamos incorporando la inflación de los costes en nuestras estimaciones y los precios de los productos futuros en esta situación aún en evolución", dijo el portavoz el jueves, en respuesta a una petición de comentarios.

Ferrari, que produce unos 10.000 coches al año y los vende a un club muy selecto de clientes súper ricos, puede contar con un fuerte poder de fijación de precios, ya que sus modelos cuestan más de 200.000 euros (220.000 dólares).

La empresa ha dicho que Rusia era un mercado muy pequeño para ella y que no veía ningún impacto en su cadena de suministro por el momento como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Moscú.

(1 dólar = 0,9077 euros)