HONDA MOTOR CO., LTD. 
También se ofrecen subvenciones en efectivo para los fabricantes de células de baterías de VE, dijo el gobierno, añadiendo que las políticas reforzarían el estatus de Tailandia como centro de fabricación de VE.
"Esto aumentará significativamente la adopción de camiones y autobuses eléctricos, reducirá la contaminación de los sectores del transporte y la fabricación, y apoyará los movimientos de las empresas para alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas", dijo el gobierno.
El apoyo a las empresas vendrá en forma de deducción fiscal especial concedida a las empresas elegibles, efectiva hasta diciembre de 2025, dijo.
Las empresas que compren vehículos de fabricación nacional podrán deducirse gastos por un valor dos veces superior al precio real de los vehículos, sin que se fije un tope de precios. Para las compras de vehículos importados, la deducción será igual a 1,5 veces el precio real de los vehículos.
El año pasado, Tailandia aprobó un paquete de subvenciones para su floreciente industria de vehículos eléctricos, ya que el principal centro automovilístico regional busca continuar con su fuerte impulso de ventas de VE al tiempo que equilibra el apoyo presupuestario.
Para 2030, Tailandia pretende convertir el 30% de su producción anual de 2,5 millones de vehículos en VE, según un plan gubernamental.
Los recortes fiscales y los subsidios puestos en marcha por Tailandia ya han atraído a una serie de fabricantes de automóviles chinos, entre ellos BYD y Great Wall Motor se han comprometido a invertir 1.440 millones de dólares en nuevas instalaciones de producción en la segunda economía más grande del sudeste asiático.
Durante décadas, la décima economía mundial en fabricación de automóviles ha estado dominada por firmas japonesas como Toyota Motor Corp y Honda Motor Co, que utilizan Tailandia como base principal de exportación.
