El Partido Laborista de la oposición británica se reunió el lunes con dirigentes de bancos y aseguradoras para discutir formas de impulsar la inversión en infraestructuras, mientras continúa una ofensiva de encanto con los jefes de las finanzas de cara a unas elecciones previstas para el año que viene que se perfila como ganadoras.

La ministra de Finanzas en la sombra, Rachel Reeves, presidió el lunes por la mañana la primera reunión del llamado "Consejo Británico de Infraestructuras", a la que asistieron los consejeros delegados de varios bancos, entre ellos Noel Quinn, del HSBC, y Charlie Nunn, del Lloyds.

También estuvieron presentes otros ejecutivos de empresas financieras como las aseguradoras M&G y Phoenix, la gestora de activos BlackRock y el prestamista Santander UK.

Los laboristas han tratado de tranquilizar tanto a los inversores como a los votantes en el sentido de que se puede confiar la economía al partido, que algunos votantes consideraban derrochador. El partido tiene actualmente una ventaja sustancial sobre los conservadores gobernantes en las encuestas de opinión.

"En las condiciones adecuadas, existen importantes reservas de capital privado disponibles para financiar la inversión en infraestructuras nacionales críticas", afirmó Reeves en un comunicado.

El anuncio se produce antes de la Declaración de Otoño del gobierno, el miércoles, en la que el ministro de Economía, Jeremy Hunt, tiene previsto anunciar una nueva ronda de medidas para persuadir a las empresas de pensiones de que inviertan en empresas e infraestructuras británicas para impulsar el crecimiento y la competitividad de la City como centro financiero.

Gran Bretaña, que se enfrenta a unas finanzas apuradas y a la necesidad de realizar enormes inversiones para cumplir los objetivos de emisiones netas cero, no tiene más remedio que depender del sector privado en busca de efectivo para financiar dichos proyectos, gane quien gane las elecciones del año que viene.