Para Brian Hom, de 66 años, es todo lo contrario.
Durante siete años, él y su esposa han sido propietarios de dos franquicias de cafeterías de superalimentos Vitality Bowls en el sur de San José, y ahora tienen unas tres docenas de empleados, en su mayoría jóvenes adultos en la escuela secundaria y la universidad.
"Es una especie de catch 22, donde la gente quiere salarios más altos", dijo Hom, que hasta la semana pasada pagaba el salario mínimo de la ciudad de 17,55 dólares. "Pero al mismo tiempo los costes para llevar el negocio... No funciona".
Hom ha aumentado los precios entre un 5% y un 10% como respuesta. Todavía no ha recortado horas pero dijo que estaba estudiando los niveles de personal en los dos locales.
Con el tiempo, si el coste de los salarios y de la mano de obra es demasiado alto, si no estamos obteniendo beneficios, tendríamos que cerrar, dijo Hom.
Los trabajadores aplaudieron su aumento.
"Para mí y mi familia significa un apoyo, porque cuando tienes un aumento, ya tienes dinero extra con el que dices 'bueno, hoy puedo pagar esta cuenta, ya no estoy tan preocupada porque de dónde voy a sacar ese dinero o hacer algo extra, trabajar en algo extra para conseguir ese dinero'", dijo Ingrid Vilorio, de 43 años, quien ha trabajado en Jack in the Box durante cuatro años.
El balance económico no está claro. Algunos estudios sugieren que un salario mínimo más alto puede reducir las horas y la contratación, mientras que otros apuntan a mejores resultados para los trabajadores.
Tampoco está claro cuánta presión sentirán otros negocios para elevar sus salarios e igualarlos a los afectados por la ley.
En California, según un estudio de 2022, los trabajadores de los servicios de comida rápida ganaban de media algo más de los 16 dólares del salario mínimo del estado, mientras que el trabajador medio de los servicios que no son de comida rápida ganaba algo más de 19 dólares.
En Hayward, donde trabaja Vilorio, el salario mínimo para los negocios con más de 26 empleados ha sido de 16,90 dólares.
El nuevo salario más alto "alivia un poco el elevado coste de la vida en California", dijo Vilorio, que también trabaja como esteticista. (Reportaje adicional de Liliana Salgado, redacción de Ann Saphir; Edición de David Gregorio)