El gobierno italiano consiguió cierta cooperación de las asociaciones de productores en su batalla contra la subida de los precios, según declaró el viernes, aunque la última palabra sobre los compromisos vinculantes sigue estando en manos de las empresas individuales.

La elevada inflación es un quebradero de cabeza para la administración de la primera ministra Giorgia Meloni, que ha acordado con las cadenas de supermercados y los pequeños minoristas medidas para limitar los precios de los productos de primera necesidad de octubre a diciembre.

Las asociaciones de la industria de bienes de consumo, que representan entre otros al fabricante de pasta Barilla, al grupo lácteo Granarolo y al fabricante de confitería Ferrero, dijeron en un comunicado que pedirían a las empresas miembros que evaluaran de forma individual si se unían a la campaña de Roma.

"Estoy muy satisfecho", declaró a la prensa el ministro de Industria, Adolfo Urso, tras una reunión con las asociaciones de productores Centromarca, Federalimentare, Ibc e Unione Italiana Food.

Fuentes cercanas a los planes del gobierno dijeron a Reuters el 3 de agosto que Roma estaba luchando por conseguir que las asociaciones industriales se unieran a la campaña.

Francia anunció una iniciativa similar el mes pasado para frenar la inflación y señaló a Unilever, Nestlé y PepsiCo entre las empresas que, según dijo, no estaban "cooperando".

Investigadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) escribieron en junio que el aumento de los beneficios empresariales era responsable de casi la mitad del incremento de la inflación en Europa durante los dos últimos años.

Los representantes de los productores italianos acordaron una carta de intenciones con Urso en la que afirmaban que proporcionarían a sus miembros amplia información sobre cualquier iniciativa desarrollada por el gobierno para intensificar la lucha contra la inflación.

"Las empresas que, a título individual, acepten promover tales iniciativas, presentarán propuestas a la gran distribución", añadieron las asociaciones en un comunicado.

Según el plan respaldado por el gobierno, los distribuidores deberán definir una cesta de productos básicos alimentarios y no alimentarios a los que se aplicarán precios rebajados, y entre los productos de primera necesidad se incluirán también los de puericultura y cuidado personal.

Los comercios minoristas que participen en la campaña se marcarán con pegatinas gubernamentales en los escaparates con los colores verde, blanco y rojo de la bandera italiana y la inscripción "trimestre antiinflacionista", en referencia a los tres últimos meses del año.

Las asociaciones de distribuidores informarán al gobierno antes del 23 de septiembre de qué miembros han aceptado sumarse a la iniciativa. (Reportaje de Giuseppe Fonte en Roma y Elisa Anzolin en Milán;Edición de Elaine Hardcastle)