Los votantes suizos votaron el domingo a favor de introducir un impuesto mínimo global para las empresas y una ley climática que pretende reducir el uso de combustibles fósiles y alcanzar las emisiones cero en 2050, informó la emisora pública SRF.

Los resultados mostraron que el 79% de los que votaron en el referéndum nacional del domingo respaldaban elevar el impuesto de sociedades del país al tipo mínimo global del 15% desde el mínimo medio actual del 11%, mientras que el 59% apoyaba la ley climática.

En 2021, Suiza se unió a casi 140 países que firmaron un acuerdo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para fijar un tipo impositivo mínimo para las grandes empresas, una medida destinada a limitar la práctica de trasladar los beneficios a países con bajos impuestos.

Incluso con el aumento, Suiza seguirá teniendo uno de los niveles del impuesto de sociedades más bajos del mundo, y la propuesta, que se calcula que aportará 2.500 millones de francos suizos (2.800 millones de dólares) al año en ingresos adicionales, ha sido respaldada por grupos empresariales, la mayoría de los partidos políticos y el público en general.

La ley sobre el clima, presentada de nuevo en una forma modificada después de que fuera rechazada en 2021 por ser demasiado costosa, ha suscitado un mayor debate y las campañas en su contra han ganado fuerza en las últimas semanas.

Sus defensores afirman que la ley es lo mínimo que el rico país debe hacer para demostrar su compromiso en la lucha contra el cambio climático, mientras que los opositores del derechista Partido Popular afirman que pondrá en peligro la seguridad energética.

En el referéndum del domingo, los votantes también aprobaron ampliar algunas disposiciones de la ley de emergencia COVID-19 del país, exigida por el sistema suizo de democracia directa, en el que la legislación se somete al voto público.

Suiza alberga las oficinas y sedes de unas 2.000 empresas extranjeras, entre ellas Google, así como 200 multinacionales suizas, como Nestlé. Aunque todas se verían afectadas, los grupos empresariales han acogido con satisfacción el mayor grado de certidumbre que aportaría el nuevo impuesto, incluso si Suiza perdiera parte de su encanto de bajos impuestos.

"Ningún otro país va a tener tampoco impuestos más bajos. Queremos que los ingresos fiscales adicionales se queden en el país y se utilicen para mejorar su atractivo para las empresas", dijo Christian Frey, de Economiesuisse, un grupo de presión. (1 $ = 0,8937 francos suizos)