Un repentino aumento de los casos de coronavirus en las últimas semanas ha hecho que cientos de miles de trabajadores se queden en el banquillo por enfermedad o por necesidad de aislamiento, lo que ha llevado a los estados a rebajar rápidamente el requisito de aislamiento a siete días.

El primer ministro Scott Morrison había presentado una propuesta para rebajar la edad mínima de los conductores de carretillas elevadoras de 18 a 16 años, buscando soluciones para la escasez de trabajadores que ahora lastra la economía. A principios de esta semana eliminó las tasas de visado para los mochileros y estudiantes extranjeros que quieran trabajar y estudiar en Australia.

Pero la mayoría de los Estados consideran que el manejo de carretillas elevadoras es un trabajo de alto riesgo que requiere una licencia disponible sólo para mayores de 18 años, y tras una reunión con los primeros ministros de los Estados el jueves, Morrison dijo que la propuesta había resultado ser un fracaso.

"Hemos tenido una buena discusión hoy y no es algo que creamos, colectivamente, que debamos perseguir en este momento", dijo Morrison en una conferencia de prensa.

El Gabinete Nacional sí acordó estudiar la posibilidad de reconocer las licencias neozelandesas para los conductores de camiones con el fin de paliar la escasez en ese sector.

El gobierno de coalición liberal-nacional de Morrison está buscando formas de flexibilizar las regulaciones en los sectores del transporte y la alimentación de Australia para aliviar las interrupciones en la cadena de suministro y en la mano de obra que han provocado estantes vacíos en los supermercados.

El problema se ha visto agravado por la escasez generalizada de pruebas rápidas de detección de antígenos (RAT), que limita la capacidad de los trabajadores para hacerse la prueba, lo que se ha convertido en un tema candente para los votantes antes de unas elecciones previstas para mayo.

Respondiendo a las críticas de que el gobierno había actuado demasiado tarde en la obtención de las RAT, Morrison había prometido el miércoles la adquisición de hasta 52 millones de kits este mes e instó a los líderes estatales a eliminar los requisitos para que los trabajadores de la mayoría de las industrias se hagan las pruebas diarias.

El jueves se vio superado por el primer ministro de Victoria, Dan Andrews, que anunció que el estado había pedido 166 millones de kits de pruebas, además de los 44 millones que ya estaban en camino.

El gobierno sigue teniendo que defender su lentitud en la adquisición de vacunas el año pasado, culpando a la escasez mundial de vacunas y a la necesidad de que los medicamentos estén debidamente aprobados.

La Administración de Bienes Terapéuticos (TGA) de Australia aprobó el jueves de forma provisional la vacuna COVID-19 de Novavax Inc. y dos tratamientos orales para pacientes vulnerables.

El país alcanzó el jueves el sombrío hito de 2 millones de casos desde el inicio de la pandemia, aunque las muertes han sido bajas para los estándares internacionales, con poco más de 2.900.

Los tres estados más poblados, Nueva Gales del Sur, Victoria y Queensland, registraron el jueves 69.600 nuevos casos de coronavirus y más de 4.800 pacientes hospitalizados.

Al menos en Nueva Gales del Sur se produjo el primer descenso de las hospitalizaciones desde mediados de diciembre, una posible señal de que la ola de Omicron podría estar alcanzando su punto máximo en el estado.