El Gobierno conservador de Meloni se ha enfrentado repetidamente a Stellantis en las últimas semanas, quejándose de que la empresa no fabricaba suficientes coches en Italia, al tiempo que aprovechaba el atractivo italiano de sus marcas.

"El jefe de una gran empresa debe saber que las subvenciones del gobierno no pueden adaptarse a una empresa concreta", declaró Meloni a la prensa durante un viaje a Japón, y añadió que los comentarios atribuidos a Tavares le parecían "bastante extraños".

Tavares declaró a los periodistas el mes pasado que la insuficiencia de los incentivos italianos había provocado varios meses de reducción de la producción automovilística en Italia, y repitió sus críticas en una entrevista con Bloomberg la semana pasada.

Meloni dijo que no había podido encontrar la entrevista de Bloomberg, pero que el Gobierno había invertido alrededor de mil millones de euros en incentivos y estaba muy centrado en la industria automovilística.

"Siempre estamos dispuestos y abiertos (a ayudar) con lo que pueda producir puestos de trabajo en Italia, pero está claro que si la gente piensa que producir en otros países donde hay un menor coste de producción es mejor, no puedo decir nada", dijo Meloni.

"Pero no me digan que el coche es italiano y no lo vendan como italiano", añadió.