El director general de Thyssenkrupp, Miguel López, se enfrentó el jueves a varios miles de empleados que protestaban e hizo campaña a favor de la proyectada empresa conjunta siderúrgica con el holding energético EGPC, propiedad del multimillonario checo Daniel Kretinsky.

"No funcionará sin recortes", dijo el directivo, acompañado de fuertes abucheos y silbidos, en la concentración frente a la sede de la empresa en Essen. Sin embargo, no habrá despidos obligatorios. La industria siderúrgica necesitará mucha más energía en el futuro tras la reorganización hacia una producción más respetuosa con el clima. Por ello, la EGPC debería unirse a la empresa siderúrgica.

El Consejo de Supervisión quería discutir los planes esta tarde. Según los planes, el holding de Kretinsky se hará cargo inicialmente del 20% de las acciones de la empresa siderúrgica, y posteriormente de otro 30%. El IG Metall y los comités de empresa han acusado a López de falta de transparencia y han exigido un concepto claro. López fue interrumpido varias veces durante su discurso por abucheos. "Mentiroso" y "Ugh" le gritaron al directivo, que asumió la dirección del mayor grupo siderúrgico alemán hace casi un año.

"Nos enfrentamos a grandes cambios, y los cambios conducen a la incertidumbre", dijo López, mostrándose comprensivo con las protestas, pero añadió: "Sin cambios, las cosas pintan mal para la industria siderúrgica en Alemania". Los costes son demasiado altos y la demanda demasiado baja. El exceso de capacidad presionaba los precios.

EL JEFE DEL COMITÉ DE EMPRESA EXIGE CLARIDAD SOBRE LOS PLANES

Los representantes del IG Metall y del comité de empresa no se han pronunciado en contra de la entrada de Kretinsky en la empresa. Los multimillonarios son bienvenidos, si traen dinero, recalcó el presidente del comité de empresa del grupo, Tekin Nasikkol: "No nos cerramos a la realidad, pero tampoco nos venderán barato". Sin promesas a los empleados y a los emplazamientos, no habría acuerdo por parte de los trabajadores. López debe poner las cartas sobre la mesa y no intentar forzar los planes con una palanca.

El futuro del mayor grupo siderúrgico alemán y de sus aproximadamente 27.000 empleados lleva años en el limbo. Los planes para una salida a bolsa han fracasado, al igual que una empresa conjunta con Tata Steel Europe o una venta a la competidora Liberty Steel. Thyssenkrupp Steel Europe está muy centrada en los clientes de la industria automovilística, actualmente debilitada. El Grupo está luchando con competidores de bajo coste del Lejano Oriente, así como con los elevados costes de las materias primas y los precios de la energía. Además, el fabricante de acero tiene que invertir miles de millones en la reorganización de su producción para hacerla más respetuosa con el clima.

(Reportaje de Tom Käckenhoff, Reuters TV; editado por Olaf Brenner. Si tiene alguna pregunta, póngase en contacto con nuestra redacción en berlin.newsroom@thomsonreuters.com (para política y economía) o en frankfurt.newsroom@thomsonreuters.com (para empresas y mercados).