El regulador de la energía nuclear de Japón levantó el miércoles la prohibición operativa impuesta a la central nuclear Kashiwazaki-Kariwa de Tokyo Electric Power hace dos años, permitiéndole trabajar para obtener el permiso local para volver a funcionar.

Tepco ha estado ansiosa por volver a poner en marcha la mayor central atómica del mundo para reducir los costes de funcionamiento, pero la reanudación aún necesita el consentimiento de los gobiernos locales de la prefectura de Niigata, la ciudad de Kashiwazaki y el pueblo de Kariwa, donde está ubicada.

Se desconoce cuándo podría ocurrir eso.

Con una capacidad de 8.212 megavatios (MW), la central lleva fuera de servicio desde 2012, después de que el desastre de Fukushima un año antes provocara el cierre de todas las centrales nucleares de Japón en aquel momento.

En 2021, la Autoridad de Regulación Nuclear (ARN) prohibió a Tepco el funcionamiento de Kashiwazaki-Kariwa, su única central atómica operativa, debido a infracciones de seguridad que incluían la falta de protección de los materiales nucleares y errores que hicieron que un miembro del personal no autorizado accediera a zonas sensibles de la central.

Citando mejoras en el sistema de gestión de la seguridad, la ANR levantó el miércoles una orden de acción correctiva que había impedido a Tepco transportar nuevo combustible de uranio a la central o cargar barras de combustible en sus reactores - bloqueando de hecho una reanudación.

Tras la decisión, Tepco afirmó que seguiría esforzándose por recuperar la confianza de la comunidad local y de la sociedad en general, mientras que el secretario jefe del gabinete japonés dijo que el gobierno pondría de su parte para ayudar en el proceso.

"El gobierno buscará la comprensión y la cooperación de la prefectura de Niigata y de las comunidades locales, haciendo hincapié en 'la seguridad ante todo'", declaró Yoshimasa Hayashi, máximo portavoz del gobierno.

Japón, pobre en recursos, está deseando poner en marcha más centrales nucleares para reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados, como el gas natural licuado (GNL).

El Instituto de Economía Energética de Japón (IEEJ) pronosticó la semana pasada que las importaciones japonesas de GNL descenderían a 58,5 millones de toneladas métricas en el año fiscal 2024/25 desde los 64 millones de toneladas estimados para este año. La caída tiene en cuenta el reinicio previsto de algunos reactores nucleares más y el aumento de las fuentes de energía renovables.

Las acciones de Tepco se habían disparado después de que la ANR indicara a principios de mes que estudiaría la posibilidad de levantar la prohibición operativa tras realizar una inspección in situ y reunirse con el presidente de la empresa. (Reportaje de Yuka Obayashi, información adicional de Kantaro Komiya; Edición de Chang-Ran Kim y Edwina Gibbs)