Los bancos portugueses temen que un posible impuesto extraordinario sobre los "beneficios excesivos" propuesto por algunos partidos políticos de cara a las elecciones del 10 de marzo se añada a una carga fiscal ya de por sí pesada y pueda desviar parte de los negocios y de los ingresos fiscales fuera del país.

Vitor Bento, director de la asociación bancaria portuguesa APB, declaró el miércoles a Reuters que los prestamistas locales tenían una "desventaja fiscal" en comparación con sus homólogos europeos, y añadió que no tenían beneficios excesivos.

Algunos países europeos, entre ellos Italia, han impuesto impuestos extraordinarios sobre los beneficios de los bancos para ayudar a financiar su respuesta a la crisis del coste de la vida en medio de una inflación y unos tipos de interés elevados.

Bento afirmó que un impuesto sobre beneficios extraordinarios al estilo italiano, propuesto por partidos como el Bloque de Izquierda o el ultraderechista Chega, podría ser un incentivo para que los bancos extranjeros "vengan a competir en condiciones mucho más ventajosas, desviando el negocio".

Con los sondeos de opinión apuntando a un parlamento indeciso, estos partidos marginales podrían ser los reyes del centro-izquierda o del centro-derecha.

Además de pagar contribuciones a los fondos de resolución bancaria nacional y europeo, los prestamistas portugueses pagan otros dos impuestos que se suponía que eran temporales cuando se introdujeron en 2011 y 2020, durante el rescate del país y la pandemia del COVID-19, respectivamente.

"Tenemos muchos bancos en competencia y esto impide que se den las condiciones para unos beneficios excesivos", dijo Bento, añadiendo que aunque los cinco mayores prestamistas acaparan más del 80% de los volúmenes de crédito y depósitos, había más de 60 bancos compitiendo de forma efectiva en Portugal.

Bento señaló que la rentabilidad media de los fondos propios (ROE) de los bancos portugueses entre 2015 y 2022 era de sólo el 2,4%, frente al 4,9% de la zona euro, y claramente inferior al coste del capital, entre el 8% y el 10%.

"La rentabilidad no era suficiente para pagar el coste del capital, lo venimos diciendo desde hace años", dijo Bento.

(1 dólar = 0,9210 euros) (Reportaje de Sergio Goncalves; Edición de Andrei Khalip y Emelia Sithole-Matarise)