Después de abrir ayer no muy lejos del equilibrio, la bolsa madrileña fue perdiendo pie, cediendo hasta un -2%, penalizada por la revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento en la zona euro, el nuevo repunte de la inflación en Estados Unidos y el temor a un nuevo endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales. 

Tras tocar un mínimo de 7.764 puntos en torno a las 17:00 horas, el IBEX35 recortó ligeramente sus pérdidas y cerró con un descenso del 1,77%, hasta los 7.804 puntos.

En Estados Unidos, las estadísticas decepcionaron. Las solicitudes semanales de subsidio de desempleo se situaron en 244.000 (frente a 235.000 la semana pasada) y los precios de producción subieron un 1,1% en junio (+11,3% interanual). Los resultados de JP Morgan y Morgan Stanley estuvieron por debajo de las expectativas.

No obstante, los comentarios de uno de los gobernadores de la Fed, Christophe Waller, fueron tranquilizadores. Sigue siendo partidario de una nueva subida de los tipos de interés de 75 puntos en julio, reduciendo así los temores de una subida aún más pronunciada.

El Dow Jones terminó con un descenso del 0,46% a 30.630 puntos, el S&P500 perdió un 0,3% a 3.790 puntos y el Nasdaq100 ganó un 0,34%. 

Para esta sesión de las tres brujas, también salpicada por numerosas estadísticas americanas y los resultados de Citigroup, Wells Fargo, el IBEX35 debería abrir al alza un 0,9%. 

En términos horarios, se espera que el índice pruebe la zona de los 8.000 puntos en la apertura, correspondiente a la media móvil de 20 horas. La superación de este nivel sería un buen augurio para volver a los máximos recientes.