El gobernador demócrata del estado, Gavin Newsom, propuso facultar a la Comisión de Energía de California para que fije un margen bruto estatal de beneficios en el refinado de gasolina y para que imponga sanciones por superarlo.

La propuesta, que requeriría la aprobación de ambas cámaras de la legislatura estatal, tiene pocas posibilidades de ser aprobada después de que varios legisladores demócratas se preocuparan por las consecuencias imprevistas de que California intentara imponer un tope de beneficios, según los analistas.

Chevron, la mayor refinería de petróleo del estado por volumen, calificó la medida del Senado de "paso atrás" y cualquier aprobación "probablemente se traducirá en un combustible menos fiable y asequible para los automovilistas del estado", dijo su portavoz Ross Allen.

La firma de inversión en energía Tudor Pickering & Holt dijo esta semana que la refinería independiente PBF Energy tiene la mayor exposición individual en el mercado de California, con el 32% de su capacidad de refinado en el estado.

PBF no respondió a una solicitud de comentarios.

"Las refinerías también tendrán que facilitar más información al organismo de control", dijo Matthew Blair, director gerente de investigación de refinerías, productos químicos y combustibles renovables de Tudor Pickering.

California es el mayor mercado estadounidense de combustibles para motores, pero tiene algunos de los precios al por menor más elevados porque está aislada de los centros de refinado de la Costa del Golfo y del Medio Oeste.

Esto hace que California dependa de un número cada vez menor de refinerías de la Costa Oeste y de las importaciones de combustible de Asia y Europa.

Esos límites hacen que el estado sea vulnerable a las paradas de las plantas y a los picos de los precios del crudo, como los del verano y otoño de 2022.

Las normas propuestas no harán nada para aumentar el suministro de gasolina a la Costa Oeste, dijo John Auers, director gerente de Refined Fuels Analytics. "No servirá de nada y sí perjudicará".

Incluso si no se toman medidas, la incertidumbre de las posibles sanciones pesará sobre la industria, dijo David Hackett, presidente de la consultora de combustibles Stillwater Associates.

"Creo que eso es exactamente lo que están haciendo: Muerte por mil cortes".