Brasil debería terminar 2024 con un déficit primario de 55.300 millones de reales (11.200 millones de dólares), dijo el Tribunal de Cuentas Federal (TCU), en la última señal de escepticismo de que el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva pueda cumplir su promesa de eliminar el déficit fiscal.

Después de que Lula aumentara el gasto en medidas sociales en su primer año completo en el cargo, al mercado le preocupa que su administración no cumpla sus objetivos fiscales. A pesar de la caída de los tipos de interés, los tipos de interés futuros a largo plazo siguen siendo elevados, lo que subraya el malestar del mercado con la situación fiscal del gobierno.

En un informe de última hora del miércoles, el área técnica del TCU dijo que el crecimiento previsto de los ingresos del gobierno se basaba en "varias medidas cuyas consecuencias aún no son muy claras o predecibles".

La previsión del Gobierno de que los ingresos primarios netos alcancen el 19,2% del producto interior bruto (PIB), el nivel más alto desde 2010, significa un "valor muy por encima de lo observado en los últimos años, lo que indica una posible sobreestimación", añadió.

La ministra de Planificación, Simone Tebet, defendió las expectativas de ingresos del Gobierno, declarando a los periodistas el jueves que eran "razonables".

Utilizando el mismo nivel de ingresos observado en 2022 y los gastos previstos por el gobierno para este año, el TCU proyectó que el déficit primario para este año alcanzaría el 0,5% del PIB.

Las perspectivas del TCU coinciden con las de otros agentes del mercado, y se producen a pesar de la aprobación de medidas fiscales del gobierno para aumentar los ingresos a finales de 2023.

"En el proceso legislativo, las medidas se deshidrataron de forma natural", dijo Marcus Pestana, ex diputado federal y director ejecutivo de la Institución Fiscal Independiente (IFI) del Senado, sobre el paquete fiscal del Gobierno.

Los economistas privados encuestados por el banco central en el sondeo semanal Focus siguen proyectando un déficit primario equivalente al 0,8% del PIB, un nivel prácticamente sin cambios desde octubre, muy por encima del objetivo cero para el año, que permite una banda de variación del 0,25% del PIB en cualquier dirección. (Reportaje de Marcela Ayres y Bernardo Caram Edición de Nick Zieminski)