La FTC comunicó a Lockheed que "las preocupaciones relativas a la transacción no pueden ser abordadas adecuadamente mediante una orden de consentimiento", lo que pone a Lockheed en la tesitura de tener que abandonar la transacción o de tener que luchar contra una demanda federal para poder cerrar el acuerdo.

El acuerdo ha suscitado críticas porque daría a Lockheed -el contratista de defensa número 1- una posición dominante sobre una pieza vital de la industria de misiles estadounidense. Los motores de cohetes se utilizan en todo tipo de productos, desde el sistema de misiles de defensa nacional hasta los misiles Stinger. El fabricante de misiles Raytheon se ha opuesto abiertamente al acuerdo propuesto.

La operación de 4.400 millones de dólares anunciada a finales de 2020 es la primera gran adquisición de Lockheed bajo el mandato de su nuevo director ejecutivo, Jim Taiclet. La operación modificaría el panorama competitivo de los misiles de combustible sólido para cohetes, que se utilizan en aviones y drones.

Aerojet desarrolla y fabrica propulsión de cohetes líquidos y sólidos, motores hipersónicos de respiración aérea y energía y propulsión eléctrica para aplicaciones espaciales, de defensa, civiles y comerciales. Entre sus clientes se encuentran el Pentágono, la NASA, Boeing, Lockheed Martin, Raytheon Technologies y United Launch Alliance.