Turquía pretende bajar la inflación disparada de forma permanente tras un periodo transitorio en el que los precios se mantendrán altos, declaró el jueves el ministro de Finanzas, Mehmet Simsek, en una entrevista al diario Yeni Safak.

"Nuestro objetivo es bajar la inflación de forma permanente tras un periodo transitorio", declaró Simsek.

La presión sostenida sobre los precios, impulsada por la caída de la moneda lira y las subidas de impuestos, se produce en un momento en que el nuevo ministro de Finanzas del presidente Tayyip Erdogan, Simsek, y el jefe del banco central orquestan un giro de 180 grados en su política, que incluye subidas de los tipos de interés, que se espera frenen la demanda interna.

El endurecimiento monetario -tras años de agresivos recortes de los tipos- pretende enfriar la inflación para mediados de 2024. Pero mientras tanto, el giro de 180 grados ha martilleado la moneda y ha dejado a las autoridades pidiendo paciencia a los hogares, ya de por sí agobiados.

"Como puede verse en las previsiones del banco central, la inflación seguirá aumentando temporalmente debido a ciertos factores en los próximos meses", dijo Simsek.

"Hemos aplicado algunas regulaciones fiscales para mejorar los equilibrios presupuestarios y hacer frente a las secuelas del terremoto. Estos ajustes fiscales son efectivamente inflacionistas, pero no se repetirán. Son ajustes puntuales que hemos realizado".

El banco central, bajo el mandato de su nuevo gobernador, Hafize Gaye Erkan, ha elevado su tipo de interés básico en 900 puntos básicos, hasta el 17,5%, desde junio, aunque el ritmo de endurecimiento no ha cumplido las expectativas del mercado. La semana pasada duplicó con creces su previsión de inflación para finales de año hasta el 58%, cumpliendo las expectativas.

La inflación tocó un máximo de 24 años del 85,5% el pasado octubre. Posteriormente se suavizó debido a una moneda relativamente estable y al llamado efecto base, pero volvió a subir bruscamente en julio hasta casi el 48%.

Simsek declaró que aumentar la previsibilidad de las políticas económicas era uno de los principales objetivos para atraer la inversión extranjera al país.

"A medida que disminuya la incertidumbre y se reduzca el déficit por cuenta corriente en el próximo periodo, se producirá un aumento de las entradas de capital en Turquía. Creo que avanzaremos hacia una estabilidad relativa en el tipo de cambio, y esto también tendrá un impacto positivo en las perspectivas de inflación."

Simsek también dijo que esperaba que las "productivas conversaciones" que Turquía mantuvo el mes pasado con los países del Golfo en materia de inversiones dieran sus frutos a partir de este año. (Reportaje de Burcu Karakas Redacción de Ece Toksabay; Edición de Sharon Singleton)