FRÁNCFORT/LONDRES, 31 ago (Reuters) - Rusia interrumpió el miércoles el suministro de gas a través de un importante gasoducto a Europa, intensificando una batalla económica entre Moscú y Bruselas y aumentando las perspectivas de recesión y racionamiento energético en algunos de los países más ricos de la región.

La interrupción por mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1 significa que no habrá flujo de gas hacia Alemania entre las 0100 GMT del 31 de agosto y las 0100 GMT del 3 de septiembre, según el gigante energético estatal ruso Gazprom.

Los datos de la página web del operador del Nord Stream 1 mostraban un flujo nulo entre las 0600 y las 0700 hora central europea (0400-0500 GMT) del miércoles, la tercera hora consecutiva sin flujos.

Los países europeos temen que Moscú prolongue el corte en represalia por las sanciones de Occidente tras su invasión de Ucrania, habiendo acusado al presidente ruso, Vladimir Putin, de utilizar el suministro energético como "arma de guerra". Moscú niega este extremo.

Nuevas restricciones al suministro de gas en Europa agudizarían la crisis energética en la región, que ya ha disparado los precios del gas al por mayor en más de un 400% desde el pasado mes de agosto, creando una dolorosa crisis del coste de la vida para consumidores y empresas y obligando a los Estados a gastar miles de millones para aliviar la carga.

En Alemania la inflación alcanzó en agosto su nivel más alto en casi 50 años, y se prevé que la confianza de los consumidores alcance un mínimo histórico por tercer mes consecutivo el mes que viene, ya que los hogares se preparan para una factura energética más elevada.

A diferencia de las operaciones de mantenimiento de 10 días del mes pasado, los próximos trabajos en el Nord Stream 1 se anunciaron con menos de dos semanas de antelación y las llevará a cabo Gazprom, no Nord Stream AG, centrándose en la última turbina operativa de la estación de bombeo.

Moscú, que redujo el suministro a través de Nord Stream 1 al 40% de su capacidad en junio y al 20% en julio, justifica la caída a los problemas de mantenimiento y a las sanciones que, afirma, impiden la devolución y la instalación de equipos.

Gazprom dijo que esta última interrupción es necesaria para realizar el mantenimiento del único compresor que queda en el gasoducto.

Rusia también ha cortado por completo el suministro a Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, los Países Bajos y Polonia, y ha reducido los flujos a través de otros gasoductos desde el lanzamiento de lo que Moscú llama su "operación militar especial" en Ucrania.

La reducción de los flujos a través de Nord Stream ha complicado los esfuerzos en toda Europa para llenar sus vitales depósitos de gas, un objetivo estratégico clave para pasar los meses de invierno, cuando los países temen que Rusia pueda detener los flujos por completo.

Mientras tanto, algunos ciudadanos europeos están reduciendo voluntariamente su consumo de energía, incluso limitando el uso de aparatos eléctricos y duchándose en el trabajo para ahorrar dinero, mientras las empresas se preparan para un posible racionamiento.

Con un 83,26%, Alemania ya está a punto de alcanzar el objetivo del 85% de sus depósitos nacionales de gas para el 1 de octubre, pero ha advertido que alcanzar el 95% para el 1 de noviembre será complicado, a menos que las empresas y los hogares reduzcan drásticamente su consumo.

En el conjunto de la Unión Europea, el nivel actual de almacenamiento es del 79,94%, justo por debajo del objetivo del 80% para el 1 de octubre, cuando comienza la temporada de calefacción en el continente.

Los analistas de Goldman Sachs afirman que su proyección de partida es que la interrupción no se prolongue.

"Si lo hiciera, se acabaría el elemento sorpresa y se reducirían los ingresos, mientras que los bajos flujos (del Nord Stream 1) y la caída ocasional a cero tienen el potencial de mantener la volatilidad del mercado y la presión política sobre Europa más alta", dijeron.

(Información de Nina Chestney y Christoph Steitz; información adicional de Matthias Inverardi, Bharat Govind Gautam y Eileen Soreng; edición de Veronica Brown, Carmel Crimmins y Lincoln Feast; traducción de Darío Fernández)