Tanzania ha encendido la primera turbina de una nueva central hidroeléctrica destinada a duplicar la capacidad de generación de energía, pero que ha suscitado una dura oposición por parte de los conservacionistas debido a su ubicación en un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la ONU.

Doto Biteko, ministro de Energía y viceprimer ministro, declaró al visitar el domingo la central hidroeléctrica Julius Nyerere, de 2.115 megavatios (MW), que la turbina, con una capacidad de 235 MW, ya estaba aportando energía a la red.

Afirmó que la turbina ayudaría a reducir el racionamiento de energía que había durado meses, y añadió que el racionamiento terminaría cuando la segunda turbina de la central de nueve turbinas se incorporara a la red el mes próximo.

Antes de que comenzara la construcción del proyecto hidroeléctrico en 2019, los conservacionistas advirtieron de que la construcción de una presa en un río importante que atraviesa la Reserva de Caza de Selous podría afectar a la vida salvaje y a sus hábitats río abajo.

La reserva se encuentra entre las mayores zonas protegidas de África y alberga una de las concentraciones más importantes de animales, como elefantes, rinocerontes negros y guepardos, así como una gran variedad de hábitats, según la agencia de Naciones Unidas UNESCO.

El gobierno siguió adelante con el proyecto bajo el mandato del ex presidente John Magufuli y la administración de su sucesora Samia Suluhu Hassan lo considera una parte clave de los esfuerzos para impulsar el suministro eléctrico en un país donde menos de la mitad de la población tiene acceso a la electricidad.

Biteko afirmó que el Gobierno se aseguraría de que todos los proyectos hidroeléctricos respetaran la sostenibilidad del agua.

Antes de que la primera turbina de la central hidroeléctrica Julius Nyerere se conectara a la red, Tanzania tenía una capacidad de generación instalada de 1.900 MW, de los que el gas natural aportaba casi dos tercios. (Reportaje de Nuzulack Dausen Edición de Alexander Winning y Miral Fahmy)