Poco más de la mitad de los agricultores australianos esperan que la producción agrícola del país aumente en la próxima década, según una encuesta publicada el miércoles, y el optimismo escasea sobre todo entre los ganaderos.

Australia es uno de los exportadores agrícolas más importantes del mundo y envía productos como trigo, carne de vacuno, lana y algodón a los mercados mundiales.

Tras las inundaciones generalizadas del año pasado, el tiempo se ha vuelto cálido y seco, dañando algunos cultivos y obligando a los ganaderos a vender ganado.

Una encuesta realizada a 1.600 agricultores por la Federación Nacional de Agricultores (NFF) y la agencia de comunicación Seftons señalaba la frustración por cuestiones como el poder de fijación de precios de los supermercados, las leyes medioambientales y las deficientes infraestructuras.

Se hacía eco de una encuesta realizada por Rabobank el mes pasado, según la cual los agricultores estaban preocupados por la caída de los precios de los productos básicos y la vuelta de la sequía, y el 51% pensaba que la economía agrícola empeoraría durante el próximo año.

La encuesta de la NFF reveló que el 55,8% de los agricultores pensaba que la producción australiana de alimentos y fibras aumentaría durante la próxima década y menos de la mitad, el 45,6%, pensaba que el futuro de la explotación familiar era prometedor.

Algunos sectores se mostraron más optimistas que otros. El 55,8% de los agricultores de frutas y verduras y el 55,4 de los productores de azúcar se sentían más positivos que hace un año, pero sólo el 26,6% de los productores de vacuno y el 30% de los ganaderos de ovino se sentían más positivos que el año pasado por estas fechas.

El NFF afirmó que la escasez de mano de obra también estaba ralentizando la productividad agrícola, ya que el 87,2% de los encuestados afirmó que aumentaría su mano de obra si mejoraran las condiciones de contratación.

"Los agricultores se sienten frustrados", declaró la federación citando a su presidenta, Fiona Simson.

"Están siendo exprimidos por la falta de apoyo gubernamental en una amplia gama de frentes, ya sea el poder de mercado sin control de los actores de la cadena de suministro, el desmoronamiento de las carreteras rurales, la innecesaria burocracia verde, las leyes sobre el lugar de trabajo... la lista continúa".