La alemana BASF comenzó el año con una caída de las ventas y de los beneficios ajustados, lo que da al nuevo consejero delegado del fabricante químico mucho que abordar al tomar el jueves las riendas de una empresa asolada por la debilidad de la demanda en todo el sector y los elevados costes de producción.

El CEO saliente, Martin Brudermueller, responderá a las preguntas por última vez ante unos 5.000 accionistas antes de que Markus Kamieth, antiguo responsable del grupo en Asia, asuma el cargo.

Brudermueller, que confirmó el objetivo de beneficios para todo el año de la empresa, ha expresado su esperanza de que lo peor haya quedado atrás.

Las acciones de BASF subían un 1,1% en las primeras operaciones de Fráncfort.

El volumen de pedidos se ha ido recuperando lentamente, dijo Brudermueller a los analistas en una llamada, pero afirmó que era demasiado pronto para hablar de un giro fundamental.

"Para ello, necesitaremos que la actual tendencia positiva continúe en los próximos trimestres", afirmó.

Brudermueller también se aferró a sus decisiones de recortar costes para mantener la competitividad, afirmando que proporcionaba una buena base para el equipo de Kamieth.

Hace un año, BASF expuso sus planes de cerrar plantas, recortar costes y suprimir unos 2.600 puestos de trabajo en Europa, afectando principalmente a su sede central de Ludwigshafen (Alemania).

En febrero dijo que recortaría otros 1.000 millones de euros (1.100 millones de dólares) en costes anuales en Ludwigshafen.

Los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) del primer trimestre, ajustados por partidas extraordinarias, cayeron un 5,3% hasta los 2.700 millones de euros (2.900 millones de dólares), afectados en parte por mayores provisiones para primas y descensos en los negocios de agroquímicos, tratamiento de superficies y catalizadores.

Sin embargo, se situó por encima de la estimación media de los analistas de 2.570 millones, según el consenso de la página web de la empresa.

Las ventas cayeron alrededor de un 12% hasta los 17.600 millones de euros en el primer trimestre, ya que BASF sintió el efecto de los precios más bajos en casi todos los segmentos, incumpliendo la previsión de los analistas de 18.600 millones de euros.

BASF se encuentra en medio de una importante remodelación estructural, haciendo más independientes negocios como los productos químicos para baterías y los pesticidas agrícolas.

La empresa ha acordado la venta de su negocio energético y sigue invirtiendo en China a pesar de las tensiones políticas con Occidente, ya que el crecimiento en su mercado doméstico europeo va a la zaga de otras regiones.

(1 dólar = 0,9340 euros)