Goldman Sachs, que tiene una exposición crediticia en Rusia de 650 millones de dólares, dijo el jueves que estaba liquidando su negocio allí, en una medida que probablemente aumentará la presión sobre los prestamistas rivales para que le sigan. Cualquier pérdida sería "inmaterial", según una fuente familiarizada con la situación.

Apenas unas horas después, JPMorgan dijo que estaba "deshaciendo activamente el negocio ruso" y que no perseguía ningún nuevo negocio allí.

El mayor banco estadounidense dijo que sus operaciones en Rusia se limitan actualmente a ayudar a los clientes globales a abordar y cerrar las obligaciones preexistentes y a gestionar su riesgo relacionado con Rusia, además de actuar como custodio de los activos de los clientes.

JPMorgan cuenta con unos 160 empleados en Moscú. El banco no incluyó a Rusia entre los 20 países en los que tiene más exposición en sus archivos más recientes.

Las empresas occidentales se han retirado en masa de Rusia cuando Estados Unidos, la Unión Europea y Gran Bretaña impusieron sanciones destinadas a cortar el acceso de Moscú al sistema financiero mundial en respuesta a su invasión de Ucrania.

Los bancos, las aseguradoras y los gestores de activos, que rara vez hacen declaraciones políticas, se han apresurado a distanciarse de Rusia y a evaluar sus exposiciones, cuando el conflicto entra en su tercera semana.

Credit Suisse ha sido el último banco europeo en revelar la magnitud de las pérdidas potenciales, que, según dijo, incluían los préstamos a clientes ricos, así como la financiación del comercio y la exposición a la banca de inversión.

El italiano UniCredit y el francés BNP Paribas también han revelado miles de millones de euros de riesgo en Rusia. En un escenario extremo, los bancos podrían perderlo todo si Moscú confisca los activos y las sanciones dejan sin valor los valores relacionados con Rusia.

El Deutsche Bank dijo que su exposición al riesgo crediticio de Rusia y Ucrania era de 2.900 millones de euros y que había reducido aún más su exposición a Rusia en las últimas dos semanas.

Rusia califica sus acciones en Ucrania de "operación especial".

Aunque las posibles pérdidas entre los principales prestamistas europeos no son lo suficientemente grandes como para amenazar su estabilidad, los analistas e inversores temen que pueda hacer descarrilar sus planes de recuperación y detener los pagos a los accionistas.

El conflicto también ha puesto potencialmente patas arriba las subidas de tipos de interés previstas por el Banco Central Europeo, cuyos responsables políticos se espera que acudan a una reunión el jueves divididos en cuanto a cómo proceder y recelosos de cometer errores.

BNP Paribas, por su parte, ha aislado a su personal con sede en Rusia de sus sistemas informáticos internos mientras intenta reforzar sus defensas contra cualquier posible ciberataque, en otra señal de cómo el conflicto está afectando a las instituciones financieras occidentales.

El banco francés, que se cree que es el primer gran prestamista que ha dejado fuera de sus redes informáticas al personal de Moscú, también ha puesto a los empleados de otros lugares en alerta máxima por las amenazas cibernéticas que emanan de Rusia.

(1 dólar = 0,9269 francos suizos)