La medida, de 105.000 millones de dólares y cinco años de duración, prohíbe a las compañías aéreas cobrar tasas por sentarse juntas las familias, exige que los aviones estén equipados con dispositivos de grabación en cabina de 25 horas de duración y eleva las sanciones civiles máximas por infracciones de las compañías aéreas a los consumidores de 25.000 dólares por infracción a 75.000 dólares.
Biden se ha enfrentado repetidamente a las compañías aéreas, pidiendo nuevas normas más estrictas para los consumidores y criticándolas duramente por imponer tasas. Su administración también se ha movido agresivamente para bloquear una mayor consolidación en la industria de las aerolíneas de pasajeros.