CRACOVIA, POLONIA, 28 mar (Reuters) - Michael O'Leary, el consejero delegado de Ryanair,, dijo el jueves que confía en que el nuevo responsable de aviones comerciales de Boeing solucione los problemas que han retrasado las entregas y frenado el crecimiento de su compañía, pero afirmó que no le importaba quién se convirtiera en CEO.

Dave Calhoun dijo el lunes que dejaría el cargo de consejero delegado de Boeing a finales de año, tras la marcha del jefe de fabricación de aviones comerciales de la empresa y de su presidente.

También el lunes, Boeing nombró a Stephanie Pope directora de su división de aviones comerciales, lo que la convierte en una de las aspirantes al máximo cargo.

O'Leary dijo que lo más importante era solucionar los problemas que han frenado la expansión de Ryanair, la mayor aerolínea de Europa y uno de los mayores clientes de Boeing. O Leary se dirigió a los periodistas en Cracovia (Polonia), donde Ryanair ha invertido en un centro de formación de pilotos.

Aunque hubiera preferido que Calhoun se quedara para completar el cambio de rumbo tras una crisis de seguridad, O'Leary dijo que lo que se necesitaba era que Pope se quedara en Seattle y  para "volver a encarrilar las entregas".

"No, no, no. La queremos en Seattle", dijo O'Leary cuando se le preguntó si Pope debía ser considerada como sucesora de Calhoun.

"Me importa un bledo quién dirija Boeing en Washington y quién trate con el Congreso", afirmó.

Una revuelta de los jefes de las aerolíneas estadounidenses ayudó a derrocar a Calhoun, según dijeron a Reuters personas familiarizadas con las deliberaciones.

La crisis de Boeing dejará a Ryanair con 17 aviones menos de los 57 Boeing MAX 8200 que tenía previsto entregar a finales de abril.

(Información de Olivier Sorgho; redactado por Padraic Halpin; editado por Mark Heinrich y Barbara Lewis; editado en español por Javi West Larrañaga)