Pablo Hernández de Cos, presidente del Comité de Basilea de reguladores bancarios, dijo que se ha empezado a trabajar en las lecciones que podrían extraerse del colapso el mes pasado del Silicon Valley Bank y otros dos prestamistas estadounidenses, y de la adquisición forzosa del Credit Suisse por parte de UBS, haciéndose eco de otros reguladores mundiales.

Estos acontecimientos marcaron la primera prueba de estrés real de los bancos desde la crisis financiera mundial de 2007-09, dijo de Cos en una mesa redonda del Instituto de Finanzas Internacionales en Washington.

Aunque es improbable que haya un único culpable, dijo que la tarea de "descubrir al culpable" debe empezar por los consejos de administración de los bancos.

El primer paso es preguntarse por qué los consejos de administración de algunos bancos no comprueban las prácticas básicas de gestión de riesgos y gobernanza ni responden a la "excesiva dependencia" de fuentes de financiación limitadas o a los crecientes incidentes de mala conducta, dijo de Cos, que también es gobernador del Banco de España.

"El consejo de administración, la alta dirección y la función de gestión de riesgos de un banco deberían hacerse preguntas a tiempo y adoptar medidas creíbles para reforzar la resistencia", dijo de Cos.

De Cos también dijo que los supervisores también deberían hacer preguntas difíciles y tomar "medidas decisivas" para garantizar la seguridad y la solidez de los bancos.

Mark Carney, ex gobernador del Banco de Inglaterra y ex presidente del Consejo de Estabilidad Financiera (CEF), el organismo de vigilancia del G20 que impulsó las reformas de las normas bancarias tras la crisis financiera mundial, ha pedido que se replanteen las normas sobre liquidez bancaria.

Las tenencias de liquidez de los bancos se han más que duplicado desde 2011 hasta alcanzar los 12,5 billones de euros (13,66 billones de dólares), lo que ha ayudado a contener las consecuencias de las recientes tensiones, aunque la influencia de las partes interesadas hizo que las normas de liquidez acabaran siendo menos conservadoras de lo que se habían redactado en un principio, dijo de Cos.

"Así que mi primera observación de hoy es que debemos ser humildes y tener la mente abierta en este momento a la hora de evaluar los últimos acontecimientos y las implicaciones para los bancos, los reguladores y los supervisores", de Cos.

"No debemos sacar conclusiones precipitadas, ni cerrar ninguna puerta. No obstante, una vez finalizado nuestro balance, deberán tomarse medidas correctoras si se considera necesario."

(1 dólar = 0,9154 euros)