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FRANKFURT (dpa-AFX) - Unas secuelas potencialmente costosas de la adquisición de Postbank han estropeado el comienzo de la semana para los inversores de Deutsche Bank. Las acciones del banco perdieron el lunes por la mañana un 6,3 por ciento, hasta los 15,49 euros, y se convirtieron así en el claro farolillo rojo del DAX. Las acciones ya se habían visto presionadas el viernes tras superar la barrera de los 17 euros por primera vez desde finales de 2017. Antes habían subido alrededor de un tercio desde principios de año.

En la prolongada disputa legal con los antiguos accionistas del Postbank adquirido, Deutsche Bank se está preparando para un pago adicional de miles de millones, como anunció sorprendentemente el viernes por la noche. Tras las correspondientes declaraciones del Tribunal Regional Superior de Colonia, se espera que el banco reserve 1.300 millones de euros en el segundo trimestre.

El analista Michael Christodoulou, del Berenberg Bank, habló por tanto de un camino lleno de baches para el banco. A pesar de los buenos resultados recientes en el negocio operativo, los objetivos de ventas de este año siguen siendo un reto para el banco con sede en Fráncfort. Aunque el litigio con Postbank no cambiaría la estrategia, probablemente tendría un impacto en los planes de distribución de capital.

Kian Abouhossein, analista de JPMorgan, comentó que las provisiones fueron una sorpresa negativa, pero no cambiaron el trasfondo positivo de la inversión a largo plazo.