El banco central impuso el castigo de dos años al Deutsche a raíz de un caso en el que afirmó que los bancos extranjeros ayudaron a las empresas de cereales a especular con divisas a través de contratos a plazo entregables, lo que afectó a la estabilidad del mercado de divisas de Taiwán.

El dólar taiwanés se ha fortalecido frente al dólar estadounidense a medida que la economía de la isla, dependiente del comercio, se disparaba gracias a la demanda mundial de sus productos tecnológicos, alimentada por la gente que trabajaba desde casa durante la pandemia del COVID-19.

Tres fuentes informadas del asunto dijeron a Reuters que el banco central había permitido discretamente al Deutsche Bank reanudar las operaciones a plazo. Hablaron bajo condición de anonimato, ya que no estaban autorizados a hablar con los medios de comunicación.

El Deutsche Bank declinó hacer comentarios, mientras que el banco central de Taiwán no respondió a una solicitud de comentarios.

Una de las fuentes dijo que la medida se basaba en la cooperación del banco en "medidas de mejora", y porque no sólo es el único banco alemán en Taiwán, sino que también ha operado en la isla durante muchos años.

Una segunda fuente dijo que el banco había respondido a la "motivación" para arreglar sus procesos.

El pasado mes de julio, el banco central levantó anticipadamente las restricciones relacionadas con el comercio de divisas a ING y a Australia and New Zealand Banking Group Ltd (ANZ) por su implicación en el mismo caso.

Al banco central le ha preocupado que la fortaleza del dólar taiwanés pudiera encarecer las exportaciones de la isla, dependiente del comercio, y posiblemente ponerla en el punto de mira de Estados Unidos como manipuladora de divisas.

Taiwán, junto con Vietnam, volvió a superar los umbrales del Tesoro estadounidense para una posible manipulación de divisas y un análisis reforzado en virtud de una ley comercial de 2015, pero el departamento se abstuvo en diciembre de calificarlos formalmente de manipuladores.