La declaración emitida a última hora del martes por el presidente del comité ejecutivo del sindicato de trabajadores del transporte no decía que los problemas de personal contribuyeran al accidente del 2 de enero entre un jet de Japan Airlines (JAL) y un turbohélice más pequeño de la Guardia Costera.

Se está investigando la colisión en la pista del tercer aeropuerto más transitado del mundo, en la que las 379 personas a bordo del avión de pasajeros Airbus A350 sobrevivieron milagrosamente, pero cinco de los seis tripulantes del avión más pequeño de la Guardia Costera murieron.

Las autoridades han hecho públicas las transcripciones de la torre de control que muestran que el avión de los guardacostas recibió la orden de dirigirse a una zona de espera en una calle de rodaje cercana a la pista mientras el avión de JAL entraba en tierra, pero sigue habiendo dudas sobre por qué el avión entró entonces en la pista aparentemente sin ser visto.

"Instamos encarecidamente a que se realice un aumento significativo del número de controladores aéreos", declaró Masato Yamazaki en el comunicado, añadiendo que las especulaciones sobre la causa del accidente corrían el riesgo de someter a los controladores a tensiones mentales.

Como medida de emergencia tras el accidente, las autoridades ordenaron a las torres de control aéreo de Haneda y de otros aeropuertos del país que vigilaran constantemente los sistemas de radar en busca de posibles intrusiones en la pista.

Yamazaki dijo que esto suponía una carga adicional para el personal, que se encontraba al límite de su capacidad, aunque se mostró esperanzado de que el ministerio realizara nuevas contrataciones para cumplir esta función.

Dijo que las repetidas peticiones de personal al gobierno, que emplea directamente a los controladores aéreos en Japón, sólo han sido aprobadas parcialmente en los últimos años a pesar del aumento de la carga de trabajo de los controladores.

"No es suficiente para establecer una verdadera seguridad", afirmó.

El Ministerio de Transportes de Japón no estaba disponible de inmediato para hacer comentarios.

Otros países, como Estados Unidos y Francia, están lidiando con una escasez de personal de control aéreo que, según las compañías aéreas, supone un riesgo para la seguridad de la aviación.

El año pasado, el número de personal de control aéreo en Japón cayó a su nivel más bajo en al menos 19 años, según datos del ministerio de transporte, continuando un descenso gradual durante ese periodo.

Aparte de una fuerte caída en el número de vuelos durante la pandemia de COVID, el número de vuelos gestionados por cada operador ha ido en constante aumento. En 2019, cada operador de control aéreo de Japón gestionó casi 7.000 vuelos, frente a los cerca de 4.600 de 2004, según los registros del ministerio.