Preocupada por la oleada de infecciones por coronavirus en China, Alemania quiere imponer un requisito de prueba de coronavirus a los viajeros que entren en el país. El ministro federal de Sanidad, Karl Lauterbach (SPD), anunció el jueves una modificación del reglamento de entrada. El miércoles por la noche, un grupo de expertos de la Unión Europea emitió la recomendación correspondiente. "Europa ha encontrado una respuesta común a la situación pandémica en China", explicó Lauterbach. Los viajeros procedentes de China necesitan una prueba rápida de antígenos negativa antes de partir. Tras entrar en el país, se realizarán pruebas aleatorias para reconocer las variantes del virus. También se analizarán con este fin las aguas residuales de los aviones.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha criticado anteriormente las normativas adoptadas por otros países de la UE por considerarlas superfluas. Las restricciones para combatir la pandemia provocaron el colapso del tráfico aéreo en 2020 y ocasionaron grandes pérdidas a las compañías aéreas. Desde entonces, el tráfico aéreo se ha recuperado gracias a la supresión de las restricciones sanitarias, pero aún no ha alcanzado los niveles anteriores a la crisis. Según los estudios sobre la variante Omikron, está claro que las restricciones a los viajes sólo pueden retrasar la propagación del virus durante unos días, pero no pueden evitarla, afirmó el director general de la IATA, Willie Walsh. Las medidas injustificadas estaban causando daños económicos.

Además de algunos Estados de la UE, Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón y otros países asiáticos, por ejemplo, también exigen a los viajeros procedentes de China que se sometan a las pruebas del coronavirus. Presionado por las protestas y el debilitamiento de la economía, el gobierno de Pekín anunció a principios de diciembre un abrupto abandono de su estricta política de cero Covid. Desde entonces, una ola de coronavirus ha recorrido el país de unos 1.400 millones de habitantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acusó a China de proporcionar muy pocos datos sobre la situación de la infección. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino lo rechazó. El gobierno de Pekín había declarado previamente que las restricciones de viaje eran inapropiadas y poco científicas.

La asociación alemana de aeropuertos ADV acogió con satisfacción el hecho de que las pruebas tuvieran que realizarse sistemáticamente antes de la salida en China y no sólo a la llegada a los aeropuertos europeos, "independientemente de la evaluación de su utilidad". El director general de ADV, Ralph Beisel, explicó que las autoridades sanitarias son las encargadas de organizar los controles individuales en los aeropuertos para las variantes.

(Informe de Alexander Ratz, Ilona Wissenbach, Klaus Lauer; Editado por Hans Busemann; Si tiene alguna pregunta, póngase en contacto con nuestra redacción en berlin.newsroom@thomsonreuters.com)