El programa, que según las fuentes tendrá un volumen de unos 50.000 millones de euros (53.450 millones de dólares) en los próximos 15 años, llega en un momento en que la industria europea se enfrenta a la presión de los elevados costes de las materias primas, la energía y la mano de obra.

El dinero procederá de un denominado fondo para el clima y las transformaciones, que se nutrirá de los ingresos procedentes del comercio de derechos de emisión y de otras fuentes, aunque tanto el ministerio de Economía como el de Hacienda apuntaron a las conversaciones en curso sobre el presupuesto de Alemania, lo que sugiere que aún no se han concretado los detalles.

También pretende servir de contrapeso a los programas de otras regiones, sobre todo de Estados Unidos, que podrían atraer a las empresas fuera del continente ofreciéndoles cuantiosas subvenciones y una legislación más favorable.

Los llamados contratos de protección climática son uno de los principales pilares de la respuesta alemana a estos retos, con la esperanza de que el apoyo financiero pueda ayudar a los fabricantes de acero, cemento, papel y productos químicos a descarbonizar su producción.

"Estamos en un periodo de recesión prolongada, en un periodo extremadamente difícil económicamente", declaró a los periodistas el ministro de Economía, Robert Habeck, tras exponer los detalles del plan.

Dijo que mientras otras partes del mundo, desde Estados Unidos a Asia, ofrecían incentivos a la inversión, Alemania estaba sujeta a requisitos más estrictos en lo que se refiere al presupuesto y a mantener la deuda bajo control.

"Sin embargo, no puede ser correcto no ofrecer incentivos a la inversión e impulsos a la inversión en esta fase. Más bien estamos observando una debilidad en la inversión y en la innovación en Europa y en Alemania."

Un informe de la asociación industrial alemana BDI publicado el lunes señala que el 16% de las empresas encuestadas están en proceso de trasladar activamente partes de la producción al extranjero y que un 30% adicional se lo está planteando.

Las empresas tienen dos meses para manifestar su interés por el programa, destinado a cumplir el compromiso de Alemania de ser neutra en emisiones de carbono para 2045, antes de que comience un proceso de subasta, dijo Habeck, quien añadió que ganarían las ofertas más bajas.

Las empresas que emitan 10 kilotoneladas de CO2 o más al año podrían optar al proceso de subasta, abriéndolo de hecho a los miles de empresas medianas activas en la primera economía europea.

Entre ellas se encuentran numerosos fabricantes de especialidades químicas, el sector más expuesto a los costes energéticos que se vieron sometidos a una presión extrema cuando los precios del gas se dispararon en 2022 a raíz de la reducción de los suministros procedentes de Rusia.

"Es una señal importante para las empresas y les da la seguridad de inversión que necesitan ahora", afirmó Joerg Rothermel, del lobby químico VCI, que lleva tiempo advirtiendo de que los altos costes energéticos podrían perjudicar a la producción local.

"Es especialmente positivo que las pequeñas y medianas empresas también vayan a ser tenidas en cuenta en este programa de financiación".

(1 dólar = 0,9355 euros)