La salida del fabricante de autobuses eléctricos de sus instalaciones de City of Industry, en California, junto con los recortes de empleo adicionales previstos, afectará a unos 300 puestos este año, dijo.

"La consolidación de los centros de fabricación también permitirá a la empresa gestionar mejor las continuas interrupciones de la cadena de suministro y reducir los costes de las instalaciones", señaló la compañía en un comunicado.

La medida se produce en un momento en que los fabricantes de vehículos eléctricos, como Stellantis NV y Nikola Corp, ajustan el gasto ante la preocupación de los consumidores por la asequibilidad en Estados Unidos.

Cada vez más consumidores estadounidenses quieren comprar un vehículo eléctrico pero les preocupa el aumento de los precios, según una encuesta de la consultora Deloitte.

En diciembre, Stellantis dijo que paralizaría indefinidamente una planta de montaje en Belvidere, Illionois, alegando los elevados costes de los VE.