Hace unos quince años, tres ingenieros de la Universidad canadiense de Waterloo, que trabajaban para Amazon en Toronto, decidieron ver si la hierba era más verde en otra parte tras enfrentarse al infierno de las tareas de busca. En aquella época, cuando se producían fallos en el software interno, el gigante minorista solía avisar a sus ingenieros con mensajes de localizador de guardia. Estos pequeños aparatos eran populares hace treinta o cuarenta años, antes de que la telefonía móvil los enterrara. El trío se dio cuenta de que otras grandes empresas californianas también tenían sistemas algo arcaicos para gestionar el tiempo de guardia. Así que decidieron desarrollar una versión modernizada del sistema digital de atención continuada y le pusieron el nombre de su pesadilla en Amazon. Así nació PagerDuty.

Lo que siguió fue un camino ideal. Incubada en la famosa estructura californiana Y Combinator, la empresa escaló posiciones con el éxito y la suerte que sonríe a los audaces. Hay que decir que sus productos han atraído a grandes nombres desde el principio. Recientemente, la dirección de la empresa ha tenido el placer de equipar a más de la mitad de las 500 mayores empresas estadounidenses. Además, cuenta con clientes tan diversos como el operador británico de telecomunicaciones Vodafone, el proveedor francés de servicios de movilidad Blablacar y el gigante alemán del software SAP. La cartera cuenta ahora con unos 24.000 clientes que representan a un millón de usuarios, con una tasa de rotación muy baja. La versión más avanzada de la plataforma PagerDuty permite a las organizaciones detectar y notificar incidentes y organizar su gestión eficaz. La fuerza de la herramienta reside en su capacidad para interconectar datos procedentes de fuentes dispares, como la supervisión, el seguimiento de infraestructuras y el software de terceros.

PagerDuty salió a bolsa en 2019. Desde entonces, sus ingresos se han triplicado, pasando de 118 millones de dólares a 371 millones. Este crecimiento le ha permitido obtener su primer beneficio operativo en el ejercicio cerrado a 31 de enero de este año, un año antes de lo previsto. El Ebitda fue de 20,9 millones de dólares y el beneficio de explotación de 3,5 millones. El resultado neto sigue siendo muy deficitario, pero volveremos sobre ello en breve. La generación de flujo de caja libre se sitúa ahora en territorio positivo y el balance cuenta con un importante fondo de maniobra. En el vasto universo de las prometedoras empresas digitales estadounidenses, PagerDuty ha validado su modelo de negocio, lo que ya es un gran logro. El siguiente paso es la maduración, que consistirá en aumentar los márgenes hasta un nivel digno de las mejores empresas de software.

Lo que nos lleva al gran punto negro del caso, que servirá de lección más amplia sobre el sector. PagerDuty es muy, muy generosa con sus empleados en términos de remuneración basada en acciones. Esta política ayuda a retener a sus empleados y a valorar su trabajo, pero da lugar a la creación de muchas acciones nuevas, que diluyen el valor de las que poseen los accionistas ordinarios. En este caso, el número de acciones en circulación debería pasar de 77 millones en 2020 a 105 millones a finales de año, es decir, un 36% más en cinco años.

La "remuneración basada en acciones" no es razonable a la vista de los (no) beneficios actuales

PagerDuty cumple muchos requisitos para quienes desean exponerse al crecimiento digital, pero no éste. De hecho, esto es cierto para muchas otras empresas del sector, ya que la práctica de recompensas excesivas basadas en acciones está muy extendida y es cada vez más criticada. PagerDuty es, pues, un valor de futuro, si empieza a introducir una política de remuneración más sobria.

Clasificaciónes Surperformance de PagerDuty