El plan, destinado a ampliar y modernizar la red ferroviaria, incluye la puesta en marcha de trenes exprés de cercanías similares al sistema RER de París en las principales ciudades, declaró la Primera Ministra, Elisabeth Borne.

El anuncio pretende hacer frente a las desigualdades percibidas entre París y otras partes del país en materia de infraestructuras públicas, agravadas por el alza de los costes energéticos que ha encarecido el transporte para millones de viajeros.

"Carecer de acceso al transporte significa a veces tener que renunciar a una oferta de trabajo, dejar de estudiar, no ver a un ser querido", dijo Borne.

Francia realizaría las inversiones previstas junto con el operador ferroviario nacional SNCF, la Unión Europea y los gobiernos locales, afirmó.

El presidente Emmanuel Macron dijo en noviembre que quería que se pusieran en marcha redes de trenes regionales en unas 10 grandes ciudades. No dijo entonces cómo se financiaría ni cuándo se darían los primeros pasos para poner en marcha estos planes.

El acceso a un transporte asequible es una cuestión política delicada en Francia. El primer mandato de Macron estuvo marcado por el movimiento de los Chalecos Amarillos, que estalló a causa de los precios del combustible y reflejó la frustración en las zonas rurales.

La Île-de-France que rodea París, una de las zonas más densamente pobladas del mundo, ya cuenta con un amplio sistema ferroviario de cercanías, el Expreso Regional Rápido, o RER.

El operador ferroviario SNCF, controlado por el Estado, sorprendió a principios de esta semana al anunciar unos ingresos récord de 41.350 millones de euros (43.730 millones de dólares) en 2022, un 19% más que en 2021, y un beneficio neto de 2.400 millones de euros.

Jean-Pierre Farandou, jefe del grupo SNCF, declaró el verano pasado que la inversión en infraestructuras ferroviarias era insuficiente en comparación con los sistemas ferroviarios estatales vecinos. Estimó entonces que costaría 100.000 millones de euros duplicar el uso del tren en Francia y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

(1 dólar = 0,9455 euros)