En un principio, Ampere se escindirá de Renault el 1 de noviembre de 2023, requisito previo para la prevista salida a bolsa. "Nos separaremos y luego veremos si tenemos las condiciones adecuadas para entrar en el mercado", explicó, mencionando la primavera de 2024 como posible fecha para salir a bolsa.
 
Renault presenta a Ampere como el primer operador puro de vehículos eléctricos y software nacido de la disrupción de un fabricante tradicional. Básicamente, el grupo quiere crear una entidad autónoma que desarrolle coches a partir de software, en lugar de intentar encajar software en vehículos existentes. Esto es, por supuesto, lo que Tesla y otros nuevos competidores han hecho o intentado hacer.
 
Ampere espera tener cuatro tipos de vehículos en 2027, dos en el segmento C (berlinas compactas) y dos en el B (coches urbanos versátiles). A estos les seguirán seis en 2031, con el objetivo de vender un millón de vehículos al año.

¿Qué pasa con el "viejo" Renault?

El grupo del rombo publicó en julio unos buenos resultados semestrales, acompañados de un aumento de los objetivos. Sin embargo, los inversores están un poco desconcertados porque se preguntan si el perímetro inicial tendrá algún interés una vez realizada la escisión de Ampere.
 
A finales de julio, Philippe Houchois, analista especializado en el sector del automóvil de Jefferies, explicaba que los dos factores clave en el caso bursátil son la transformación operativa y el interés de los accionistas. Sobre el primer punto, los progresos realizados desde hace varios trimestres son visibles. Pero sobre el segundo punto, "el jurado todavía está deliberando sobre el segundo, dado el riesgo de dilución asociado a la salida a bolsa de Ampere". El analista considera que la escisión podría beneficiar a todos, pero que es probable que se penalice a los actuales accionistas en favor de los nuevos, dando ventaja a ciertos intereses minoritarios, entre ellos Nissan.