Shionogi & Co., Ltd. y su filial europea, Shionogi B.V., han anunciado que su innovador antibiótico, el cefiderocol, ya está disponible en Noruega para el tratamiento de infecciones debidas a bacterias Gram negativas aerobias en adultos (a partir de 18 años) con opciones de tratamiento limitadas. El cefiderocol puede adquirirse en Noruega a través de dos distribuidores: Alliance Healthcare y Norsk Medisinaldepot. Desde su aprobación por la Comisión Europea en 2020, más de 23.000 pacientes en total han sido tratados ya con cefiderocol en toda Europa.

Los datos de los estudios multinacionales de vigilancia del cefiderocol han demostrado una potente actividad in vitro contra un amplio espectro de patógenos Gram negativos aerobios, incluidos los tres patógenos prioritarios críticos de la OMS: Acinetobacter baumannii resistente a los carbapenemes, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacterales, así como Stenotrophomonas maltophilia. El cefiderocol también ha demostrado actividad in vitro contra ciertas bacterias que contienen enzimas resistentes muy problemáticas, como las ESBL, las AmpC, las serina- y las metalocarbapenemasas. Los datos de tres estudios clínicos: APEKS-cUTI, APEKS-NP y CREDIBLE-CR respaldan la indicación del cefiderocol en pacientes adultos con opciones terapéuticas limitadas para el tratamiento de infecciones debidas a organismos Gram negativos aerobios. Uno de los estudios incluyó a pacientes con infecciones por gramnegativos causadas por patógenos multirresistentes, incluidas bacterias resistentes a los carbapenemes de la lista de prioridades de la OMS.

La RAM es una importante carga sanitaria que urge abordar. Entre 2016 y 2020, se observó en Noruega una tendencia significativa al aumento del número estimado de infecciones resistentes a los antibióticos, con 2.000 casos sólo en 2020. Las infecciones causadas por bacterias gramnegativas resistentes a los carbapenemes se asocian a menudo con una elevada tasa de mortalidad, que se traduce en unas 35.000 muertes al año en la UE.

Si no se toman medidas, se prevé que la resistencia a los antibióticos acabe con la vida de 10 millones de personas al año en todo el mundo de aquí a 2050, con un coste acumulado para la producción económica mundial de 100 billones de dólares.