Europa Central se enfrenta a las repercusiones económicas que han seguido a la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, incluyendo las duras sanciones occidentales a Moscú y la agitación en los mercados mundiales, ya que los inversores se decantaron por activos más seguros.

Suzuki dijo que exporta unos 10.000 coches a Rusia y Ucrania al año y añadió que estaba tratando de trasladar los pedidos afectados a otros mercados para mantener sus volúmenes de producción previstos.

El negocio húngaro de Suzuki vendió 119.098 coches en 2020 según las últimas cifras disponibles en su página web, incluyendo 101.672 vehículos en mercados extranjeros, lo que significa que Rusia y Ucrania representan aproximadamente una décima parte de sus exportaciones anuales.

"Nuestra empresa no tiene proveedores directos de primer nivel en las zonas afectadas", dijo la portavoz Zsuzsanna Bonnar-Csonka, refiriéndose a Rusia y Ucrania. "Sin embargo, estamos supervisando continuamente toda la cadena de suministro", dijo. También dijo que la escasez mundial de chips seguía representando el mayor obstáculo.

Bonnar-Csonka dijo que el aumento de los costes de la energía y el debilitamiento del forint, que ha bajado alrededor de un 3% frente al euro este año, tenían un impacto adicional en sus operaciones.

"Estamos haciendo todo lo posible para optimizar nuestros costes de fabricación. Sin embargo, a partir de cierto punto, tenemos que reflejar parte de estos costes adicionales en los precios de los coches nuevos", dijo Bonnar-Csonka.

Otros grandes fabricantes de automóviles en Hungría son Mercedes-Benz y la división Audi del grupo Volkswagen.

La venta en los mercados de divisas, bonos y acciones de Europa Central obligó al Banco Nacional de Hungría (BNH) a elevar el martes el tope de su corredor de tipos de interés en 100 puntos básicos, hasta el 6,4%, después de que el forint húngaro se hundiera el lunes hasta un mínimo histórico cercano a los 400 frente al euro.

El BNH dijo que la guerra en Ucrania impulsó las presiones inflacionistas, mientras que los riesgos para el crecimiento económico estaban a la baja.

El sector del automóvil ha sido un pilar del crecimiento y las exportaciones de Hungría, pero incluso antes de la guerra la producción se había visto obstaculizada por la escasez mundial de semiconductores.