El documento de 64 páginas esbozaba posibles respuestas a una China "cada vez más asertiva", como controles de las inversiones salientes en tecnología punta con uso militar, pero no establecía objetivos vinculantes o específicos para las empresas.

La asociación industrial BDI dijo que aún era necesario debatir más sobre el diseño concreto de algunas medidas, como los instrumentos para controlar las inversiones alemanas en el extranjero.

"Existe el peligro de que se restrinja demasiado el dinamismo empresarial", afirmó el presidente de la BDI, Siegfried Russwurm.

En Alemania existe una especial preocupación por el impacto de esta estrategia de reducción de riesgos en una economía que ya se encuentra en recesión, dados sus fuertes lazos comerciales con China, que se convirtió en el mayor socio comercial del país en 2016.

Con casi 300.000 millones de euros (325.000 millones de dólares) en importaciones y exportaciones, es un mercado clave para las principales empresas alemanas, como Volkswagen y BASF.

El jefe de Volkswagen en China dijo que el fabricante de automóviles no era ingenuo respecto a la superpotencia económica, pero que era importante recordar que China también depende de Alemania y Europa.

"Podemos tanto consolidar la fuerte posición económica alemana en China y reducir las dependencias como reforzar nuestra posición en otras regiones", afirmó Ralf Brandstaetter en un post de LinkedIn en el que celebraba el "objetivo político" de la estrategia.

Dirk Jandura, presidente de la asociación de comercio mayorista y exterior BGA, advirtió, sin embargo, de que si Alemania se centraba en seguir siendo competitiva como emplazamiento empresarial, en los próximos años podría ser más probable que China se desvinculara de Europa.

"Sólo una localización empresarial fuerte tiene peso político. Debemos hacer de una vez por todas nuestros deberes y reforzar nuestra base industrial nacional. De lo contrario, el campeón del mundo en exportaciones se convertirá en campeón del mundo en anuncios", afirmó el director gerente del lobby químico VCI, Wolfgang Grosse Entrup.