La Unión Europea instó el miércoles a Georgia a retirar su controvertida ley de "agentes extranjeros" y advirtió de que la medida supondría un revés para las ambiciones del país de unirse al bloque.

"La adopción de esta ley repercute negativamente en el progreso de Georgia en el camino hacia la UE", declaró en un comunicado el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, y el comisario de Ampliación, Oliver Varhelyi.

"La elección sobre el camino a seguir está en manos de Georgia. Instamos a las autoridades georgianas a retirar la ley".

El parlamento de Georgia aprobó el martes la tercera y última lectura del proyecto de ley, que obligaría a las organizaciones que reciban más del 20% de su financiación del extranjero a registrarse como agentes de influencia extranjera, imponiendo onerosos requisitos de divulgación y multas punitivas en caso de infracción.

"La UE ha declarado clara y repetidamente que el espíritu y el contenido de la ley no se ajustan a las normas y valores fundamentales de la UE", afirmaron Borrell y Varhelyi.

"Socavará el trabajo de la sociedad civil y de los medios de comunicación independientes, mientras que la libertad de asociación y la libertad de expresión son derechos fundamentales en el núcleo de los compromisos de Georgia como parte del Acuerdo de Asociación y de cualquier vía de adhesión a la UE".

La declaración de los dos miembros de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo del bloque, siguió a días de disputas entre los gobiernos y funcionarios miembros de la UE.

Los funcionarios intentaron inicialmente acordar una declaración entre los 27 gobiernos miembros del bloque, pero ésta naufragó ante la resistencia de Hungría y Eslovaquia, dijeron los diplomáticos.

Después se necesitó más tiempo para acordar una declaración de la Comisión entre Borrell, un socialdemócrata español, y Varhelyi, un húngaro nombrado por el gobierno nacionalista de su país.