El crecimiento económico de Nigeria se ha reanudado tras la crisis de la COVID, pero va a la zaga del resto del África subsahariana, ya que la inflación de los alimentos, el aumento de la inseguridad y el estancamiento de las reformas frenan el crecimiento y aumentan la pobreza, según declaró el martes el Banco Mundial.

Al presentar su actualización semestral sobre el desarrollo del país más poblado de África, la organización dio una previsión de crecimiento del PIB para Nigeria del 1,9% en 2021 y del 2,1% en 2022, en comparación con el 3,4% de este año y el 4,0% del próximo para el África subsahariana.

El economista principal para Nigeria, Marco Hernández, dijo que la inflación, especialmente en los precios de los alimentos, estaba exacerbando la pobreza y la inseguridad alimentaria. Los alimentos representaron casi el 70% del aumento total de la inflación en Nigeria durante el año pasado.

Afirmó que se espera que la crisis inducida por la COVID empuje a más de 11 millones de nigerianos a la pobreza para 2022, elevando el número total de personas clasificadas como pobres en el país a más de 100 millones. La población total se estima en 200 millones.

El Banco Mundial espera que la tasa de inflación nigeriana en 2021 sea del 16,5%. La previsión para el África subsahariana, excluyendo a Nigeria, es del 5,9%.

Hernández dijo que el aumento de la inseguridad en todo el país -desde secuestros masivos en escuelas, secuestros para pedir rescate, conflictos armados entre pastores y agricultores, robos a mano armada y diversas insurgencias- era un lastre para el crecimiento y la creación de empleo.

Dijo que era fundamental que el gobierno mantuviera el impulso de las reformas, pero que algunas reformas importantes se habían estancado.

Citó las subvenciones a la gasolina, que han regresado recientemente después de que el gobierno estableciera un mecanismo de precios basado en el mercado, y la reforma de las tarifas eléctricas, ámbito en el que se han detenido los ajustes previstos para adecuar los precios a los costes.

Hernández dijo que Nigeria tenía el mayor número de personas sin acceso a la electricidad del mundo, y que las subvenciones a la electricidad beneficiaban principalmente a los hogares más ricos. Sólo el 22% de los hogares más pobres tienen acceso a la electricidad, mientras que el 82% de los más ricos pueden acceder a ella. (Información de Estelle Shirbon y Chijioke Ohuocha; edición de Catherine Evans, William Maclean)