La inflación australiana de los precios al consumo se ralentizó menos de lo esperado en el primer trimestre, ya que las presiones sobre el coste de los servicios se mantuvieron obstinadamente altas, un resultado decepcionante para los responsables políticos que casi acaba con cualquier esperanza de una pronta bajada de los tipos de interés.

El dólar australiano subió un 0,6% hasta los 0,6522 dólares, mientras que los futuros de los bonos a tres años ampliaron los descensos anteriores para situarse 10 puntos por debajo de los 96,06 dólares, el nivel más bajo de este año.

Los futuros redujeron aún más las esperanzas, ya limitadas, de que se produjera un recorte de tipos este año, con un precio de sólo 8 puntos básicos de relajación, frente a los 17 puntos básicos anteriores.

Los datos de la Oficina de Estadística australiana del miércoles mostraron que el índice de precios al consumo (IPC) subió un 1% en el primer trimestre, por encima de las previsiones del mercado del 0,8%.

El ritmo anual de la inflación del IPC, sin embargo, se ralentizó hasta el 3,6% desde el 4,1%, pero de nuevo se situó por encima de las previsiones de una relajación hasta el 3,5%. Sólo en marzo, el IPC subió un 3,5% respecto al mismo mes del año anterior, por encima del 3,4% de febrero.

Una medida muy vigilada de la inflación subyacente, la media recortada, subió un 1% en el primer trimestre, por encima de las previsiones del 0,8%. El ritmo anual se ralentizó hasta el 4%, desde el 4,2%.

El Banco de la Reserva de Australia ha mantenido los tipos de interés en el 4,35% durante tres reuniones consecutivas, a medida que aumentaba la confianza en que la inflación está en vías de volver a su banda objetivo del 2-3% a finales de 2025.

Sin embargo, los responsables políticos se han mostrado cautos a la hora de descartar cualquier movimiento en la política, ya que el mercado laboral sigue siendo tenso. El banco central ha subido los tipos en 425 puntos básicos desde mayo de 2022 para frenar unos precios desbocados.

El informe trimestral de marzo mostró que los precios de los alquileres subieron un 7,8% respecto a hace un año, la mayor subida desde 2009, mientras que los costes de los seguros se dispararon un 16,4%, el mayor incremento desde 2001. La educación también registró la mayor subida desde 2012.

Los bienes no comercializables, influidos sobre todo por la demanda interna, se mantuvieron altos en un 5,0%, mientras que los comercializables subieron sólo un 0,9% respecto a hace un año.