Con el acuerdo, Juul habrá llegado a un acuerdo con 45 estados por más de 1.000 millones de dólares. La empresa no admitió haber actuado mal en el acuerdo, que también incluía a Colorado, Illinois, Massachusetts y Nuevo México, así como al Distrito de Columbia.

Juul aún se enfrenta a una demanda por parte de Minnesota, donde actualmente se está celebrando un juicio, así como a demandas o investigaciones abiertas por parte de Florida, Michigan, Maine y Alaska. Además de los acuerdos estatales, la empresa acordó el año pasado pagar 1.700 millones de dólares para resolver miles de demandas de entidades gubernamentales locales y consumidores particulares.

Bajo la presión de los reguladores, Juul retiró en 2019 la mayoría de sus sabores del mercado y detuvo gran parte de su publicidad. El pasado junio, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU prohibió brevemente los productos, aunque dejó la prohibición en suspenso y acordó reconsiderar la medida después de que la empresa recurriera.

El antiguo mayor inversor de Juul, el fabricante de cigarrillos Marlboro Altria Group Inc, también se enfrenta a demandas por su supuesto papel en la comercialización de los cigarrillos electrónicos de Juul, y no ha llegado a un acuerdo.

Altria anunció el mes pasado que había renunciado a su inversión en Juul a cambio de parte de la propiedad intelectual de Juul. En diciembre, su participación en Juul estaba valorada en 250 millones de dólares.

El director del centro de productos del tabaco de la FDA dijo el año pasado que el consumo de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes en Estados Unidos se mantenía en "niveles preocupantes" y suponía un grave riesgo para la salud pública. Las autoridades sanitarias federales afirmaron el pasado octubre que unos 2,55 millones de estudiantes estadounidenses de secundaria y bachillerato declararon haber consumido cigarrillos electrónicos durante un periodo de cuatro meses a principios de 2022.

La mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, la sustancia adictiva presente en los cigarrillos normales, los puros y otros productos del tabaco, y la nicotina en la adolescencia puede dañar las partes del cerebro que controlan la atención, el aprendizaje, el estado de ánimo y el control de los impulsos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU. Los CDC también han dicho que consumir nicotina en la adolescencia puede aumentar el riesgo de adicción futura a otras drogas.