Sus comentarios se produjeron varios días después de que el diario The Washington Post informara sobre aparentes tensiones entre la Armada y el Ejército de México, citando un informe militar estadounidense revelado en filtraciones en línea de registros militares secretos de Estados Unidos.

"Ahora vamos a resguardar la información de la Marina y de la Secretaría de la Defensa, porque estamos siendo blanco de espionaje por parte del Pentágono", dijo López Obrador en su conferencia de prensa diaria.

El Pentágono no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Ha calificado la filtración de "acto deliberado y criminal".

El artículo del Washington Post dijo que no había indicios de que el documento citado procediera de comunicaciones interceptadas a funcionarios mexicanos.

López Obrador se ha visto presionado para que el ejército rinda cuentas por años de presuntos abusos, incluidas desapariciones y asesinatos denunciados. Aun así, ha aumentado el papel del ejército en la seguridad pública y ha intentado poner a la Guardia Nacional, una fuerza policial militarizada, bajo el control del ejército.

El lunes, López Obrador había descrito la inteligencia estadounidense en las filtraciones como una "intromisión abusiva, prepotente, que no debe aceptarse bajo ninguna circunstancia", añadiendo que no pensaba reprender a Estados Unidos, pero que en algún momento discutiría "las condiciones para un trabajo de colaboración".

Cuando el martes se le presentaron nuevas acusaciones sobre el uso del controvertido programa espía Pegasus durante su gobierno, reiteró que su administración no espía.

El prominente grupo de derechos humanos Centro Prodh, con sede en México, dijo el martes que dos de sus empleados tuvieron sus teléfonos en la mira de Pegasus el año pasado, según un análisis del organismo de vigilancia digital Citizen Lab, con sede en Toronto, convirtiéndose en el último de varios presuntos casos del uso de Pegasus durante el gobierno de López Obrador.