El índice de volatilidad Cboe, un indicador basado en opciones apodado el "medidor del miedo" de Wall Street, subió hasta 6,36 puntos, hasta 28,97, antes de cerrar con una subida de 2,19 puntos, hasta 24,8.

Las opciones del VIX, utilizadas por los operadores para apostar sobre si la volatilidad del mercado bursátil subirá o bajará en las próximas semanas y meses, cambiaron de manos con un gran volumen, con unos 2,36 millones de contratos negociados. Esa cifra fue la mayor desde principios del 7 de mayo de 2019, cuando la escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China asustó a los inversores.

Gran parte del volumen del viernes se debió a que los operadores reservaron beneficios y ajustaron posiciones para tener en cuenta los recientes movimientos del mercado, según mostraron los datos.

Apostar al alza en el VIX no ha sido tan rentable como muchos operadores esperaban durante el año pasado, a pesar de la fuerte venta en el mercado de valores. Algunos inversores afirman que la razón es que, aunque la volatilidad ha sido mayor de lo normal, la caída del mercado se alargó durante un periodo de semanas y meses, en lugar de una repentina oleada de presión vendedora.

Ese repunte gradual de la volatilidad ha mantenido el VIX por debajo de la marca de 40, un nivel asociado a un elevado temor en el mercado.

El viernes, los operadores se apresuraron a aprovechar el raro repunte de la volatilidad.

"Definitivamente, el VIX, durante el último año, no se ha comportado como la gente pensaba que lo haría", dijo Matthew Tym, jefe de negociación de derivados de renta variable de Cantor Fitzgerald. "Finalmente, en un día como éste, la gente que tiene posiciones en el VIX está rodando porque por fin ha ganado algo de dinero en el producto VIX".

El "rolling" consiste en cerrar una posición existente y obtener ganancias o pérdidas, al tiempo que se sustituyen los contratos cerrados por otros nuevos.

La subida del índice de volatilidad se produjo mientras los principales índices bursátiles de Wall Street caían el viernes al inquietarse los inversores por la salud de los bancos estadounidenses después de que los reguladores tuvieran que cerrar un prestamista de alto perfil del sector tecnológico.