Toshiba, que ha estado asolada por crisis contables y de gobernanza desde 2015, creó un comité especial el mes pasado para explorar las opciones estratégicas, incluyendo posibles acuerdos para pasar a ser privada, después de que los accionistas votaran en contra de un plan de reestructuración respaldado por la dirección.

Ambos fondos, mucho más pequeños que algunas firmas globales de capital privado, necesitarían asociarse con otros, dijeron las fuentes. La participación de los fondos locales se considera fundamental, ya que algunos de los activos de Toshiba -incluidos los equipos de defensa y la energía nuclear- se consideran estratégicamente importantes en Japón.

Las fuentes declinaron ser identificadas ya que el asunto es privado.

No estaba claro de inmediato si JIP y Polaris ya estaban colaborando con otros fondos.

Aunque no son muy conocidos en el extranjero, ambos han participado en escisiones corporativas y en escisiones de conglomerados japoneses.

JIP, por ejemplo, compró el negocio de cámaras de Olympus el año pasado y el de ordenadores portátiles de Sony Group en 2014. Polaris adquirió el negocio de telefonía móvil de Fujitsu en 2018.

No fue posible contactar inmediatamente con JIP para que hiciera comentarios. Un representante de Polaris dijo que es cierto que la firma está considerando la oportunidad, pero declinó hacer más comentarios.

Toshiba dijo que 10 potenciales inversores habían firmado compromisos de confidencialidad, sin identificarlos. La fecha límite para las propuestas iniciales es el lunes.

Un portavoz de Toshiba dijo que la empresa "tiene la intención de proporcionar actualizaciones transparentes sobre el proceso a nuestros accionistas, y anunciará públicamente el número de propuestas no vinculantes recibidas de socios potenciales y la visión general de las estructuras de acuerdo propuestas antes de la reunión anual de accionistas en junio".

El gobierno japonés no bloqueará la compra de gigantes industriales como Toshiba por parte de inversores extranjeros siempre que cumplan con las normas que rigen el manejo de tecnología sensible, según declaró recientemente a Reuters Takayuki Kobayashi, ministro de Seguridad Económica de Japón.